Más allá de la filosofía
sábado, 20 de diciembre de 2025
viernes, 19 de diciembre de 2025
III parte.
Si conocieras el tiempo tan bien como yo, no hablarías de perderlo .
El conejo blanco, Alicia en el país de las maravillas.
1. La leyenda de la ciudad sin nombre.
Aquél solo era un lugar como cualquier otro pensaba Estrella errante al ver desfilar por sus ojos los personajes que había conocido en Madrid hasta que consiguió el mínimo vital . Sí Alejandro hablaba de sátira, crítia, ironía o sarcasmo, Estrella errante por viejo sabía que la historia que estaba escribiendo el autor era fantasia. No habia visto cosas más surrealistas desde hacía años. Todas juntas , en una misma casa . Una casa sin número, ni timbre, solo una puerta que era la entrada a un universo mágico de Orwell. Es cierto que Ventura no ayudaba a limpiar ni nada, con lo que le pagaba por el viejo cuartucho ya era mucho si a veces concinaba para ellos. Llevaba meses vagabundeando por la ciudad y preparando los papeles que exigen para que te den el mínimo vital. A veces se tenía que colar en el tren para poder volver y esto a veces no era fácil. Sin embargo a quién le importa un viejo de sesenta años. Así que la mayoría de la veces se colaba si no tenía la tarjeta. Al volver a casa y ver a Alejandro sonriendo y a Orwell borracho pensaba que todo su esfuerzo al final merecía la pena. Sí Orwell estaba muerto o su alcoholemía le había enterrado antes de tiempo. También le hacía gracia la inocencia de Alejandro al entrar a aquella casa y mezclarse con aquellos personajes cómo el sacacuartos y la la mala fé de Orwell que tenía las tripas podridas por la cerveza barata. Aquél lugar le había venido bién como al resto de personajes sin hogar, un lugar donde al menos estar y dormir y con ayuda de sus hermanos mayores había conseguido lo importante, el mínimo vital hasta la jubilación ahora solo le faltaba encontrar un lugar dónde caerse muerto porque aquél lugar, aquella casa en ejecución testamentaria estaba lista para sentencia. No sabía que hacía Alejandro allí entre viejos enfermos y latas de cerveza. O tal vez si lo comprendía , al final solo era literatura, una fantasía. Solo el teatro que sabía hacer delante de los demás le había ayudado y así había llegado hasta Fortuna n.º 40. Haciendo teatro. Alejandro era inocente, casi se dejaba robar alguna china, alguna lata de cerveza aunque imaginaba algún plan dentro de su cabeza dónde una china o una lata de cerveza daban igual, así que Alejandro le ayudaba dentro de Fortuna n 40 porque Orwell duro y frío sabía que no tenía dinero a veces ni para comer mucho menos para pagar una habitación pero todo aquello se había solucionado con el mínimo vital que se fué entre bares y borracheras los primero meses pero una vez pasado el tercer mes consguió guardar casi todo el dinero. La vida de Ventura había había estado entre el Levante y Galicia trabajando en restaurantes de playa. No era raro verle cruzar España en autobus de un lugar a otro: de Ferrol a Madrid, de Almería a Galicia. Después de estar todo el Verano en Galicia al llegar a casa de Orwell se dió cuenta de la herrumbre que cubría todo, incluso cubría al propio Orwell hasta paracer un mueble más de la casa polvoriento y en desuso o Alejandro riéndo feliz . Sin embargo todo es pasajero y al mirar a Alejandro comprendía que ya era demasiado viejo y que un día sería demasiado tarde. A estas alturas ya solo pedía al mundo una muerte dulce porque después de morir Messie Antoine la muerte sobrevino sobre Fortuna n.º 40. La inocencia y el encantado de habernos conocido , se acabaron mientras el mundo ponía un final triste a no sé que historia , de no sé qué lugar. Aquél lugar del que hablaban Alejandro y Orwell solo era un lugar como tantos otros entre parques , carreteras y avenidas. A pesar de esto al contemplar a veces la estatua del monje, allí en el fondo de la parcela parecía una señal de un mundo que hace mucho había dejado de existir y quizás de aqué lugar del que hablaban Alejandro y Orwell alguna vez había llegado a existir. Orwell vestía ropa llena de pelos de perro, ropa de hace treinta años y algún agüjero de tal forma que parecía un vagabundo . Desaliñado, borrachuzo y además sentimental lo cuál hacia peór todo sobre todo cuando se pasaba con la bebida. Vestía como si hubiera sobrevivido a un cataclismo mundial, al contrario que Alejandro o Messie Antoine siempre bién vestidos y preocupados al menos por aparentar aunque como alguna vez le había explicado el autor solo llevaba la ropa en desuso de sus hermanos mayores . Algo parecido le sucedía a Estrella errante, heredaba ropa , le daban algo de dinero pero de la herencia de su familia había salido mal parado. Estrella errante no se trababa el cuento rebelde de Orwell , eso era para niños como Alejandro que se creían cualquier cosa. Orwell no había pegado ni chapa durante años, sabiendo que algún día iba a heredar y había acabado desheredado parcialmente lo cuál le dejaba poco margén para subsistir. Orwell también hacia teatro sobretodo delante de Alejandro, que como autor sería muy bueno pero parecía que se tragaba la actuación de Orwell simpre haciendo teatro con los dilemas políticos fuera del mundo y de la realidad hasta que al anochecer ya iba demasiado cocido y borracho y se acostaba, un día si y otro también. Si la vida de Orwell era un viaje ya sin retorno al menos al final cobraría la herencia en el peor de los casos, pero Estrella errante no tenía nada, solo era ya polvo del mundo. De esto se aprovechaba Orwell que cada día le ponía más difícil la convivencia, ni siquiera le dejaba aceite para cocinar. Estrella errante también robaba en los supermercados o centros comerciales y gracias a esto algún día pudo comer. Támpoco esto se le olvidaba, llega un momento en da todo igual cuando ya cumples 63 años , mira Messie Antoine no llegó a los 66. Si el mundo te enseña la salida de la carretera, lo mejor es saber irse. La muerte es insaciable, por esto a veces le cantaba a Alejandro : “ Cuando sale el buho, escalera con escalera, madera con madera “. Porque a Alejandro le querían tenía miedo de un navajazo un nazi y aunque se había salvado hasta el momento sobre todo por estar asilado en casa de Orwell, cualquier día podían ir a por él. Incluso había opiniones cruzadas cuando Alejandro se iba y se ponían a discutir sobre él. Lo más gracioso era descubrir que había escritorzuelos amenazados en un país lleno de odio y combulso como es siempre la historia de un país y más con el lío de Cataluña que había sucedido los últimos años. No había día que no escuchara por la radio las noticias, ni día que no acabarán todos discutiendo. – Si no fuera por la izquierda que saco adelante el mínimo vital , vosotros estarías robando - . A veces decía Alejandro, pero en realidad se equivocaba, los que no habían estado robando era ellos, los políticos , cualquier político de izquierdas, de derechas, monárquicos, republicanos. Daba igual , para Estrella errante solo existía el pasado, ya enfermo , porque en el fondo él sabía que estaba enfermo. – La vida se me va Alejandro – A veces supiraba, sin saber cuando sería el golpe final, solo una larga y tensa espera. Era mejor lo que había echo Antonio que sabía también que estaba enfermo y se encerró en su habitación, pequeña Venezuela a emborracharse todos los días, hasta que ya no pudo más fue al hospital y de allí ya no salió nunca. Porque el mundo es así, siempre al final hay una puerta cerrada, y ya no podemos escapar. Ni de la muerte, ni del universo sea lo que sea que signifique aquello.
Si aquél lugar había existido alguna vez o no, él no lo sabía. Debió ser hace mucho tiempo, ahora sobre la mina abandonada hay un parque y al lado un supermercado. Estrella errante suponía que a Alejandro y Orwell aquél lugar les traía recuerdos felices . Asi como al Rey de la montaña. Supongo que todo desapareció o cambió porque todo lo que no cambia termina por desaparecer y podía imaginar la felicidad de Orwell a finales de los 80`s cuando todavía era joven o de Alejandro cuando todavía era niño. Se imaginaba al Rey de la montaña haciendo de las suyas en esta geografía de pueblos aislados como islas a las afueras de la ciudad pero los años 80`s habían acabado hace muchos tiempo. Solo quedaban los espectros viejos y cansados de aquellos jóvenes que fueron alguna vez. Todo lo que hablaba Alejandro había dejado de existir, ya no había campos de fútbol abandonados, ya no había mina, ni la antigua cerámica, ni la la vieja vaquería, ni moras de morera, ni zarzamoras en aquel lugar. Dejaba un sentimiento de desarraígo en Alejandro , tal vez añoranza de un pasado al que volvía con nostalgia pero a esto a Estrella Errante le parecía perder el tiempo: el pasado ya no está, y el futuro es este y lo demás nunca se sabe si llegará a pasar. A pesar de esto Estrella errante sabía que allí , en Fortuna n.º 40 tambien había codicia, no por Orwell que se divertía contando historias a Alejandro, incluso este Orwell era acosado por sus hermanos, por los acreédores, por la oferta a la baja por la finca, por la miseria y por un final que parecía irresoluble , tener que irse de allí, a la vez que se veía viejo y acabado, casi enterrado por denuncias, deudas, que ya le llevaba a abadonarse en un estado contemplativo dónde las horas pasaban mientras la música sonaba en la radio pública y bebía cerveza barata. Estrella errante admiraba en el fondo a Orwell porque sabía que moriría no se sabe ni cuando ni como, pero lo haría con las botas puestas. Porque todo aquello por herrumbroso sonaba a final. Por ejemplo para Orwell, o para Estrella errante como se había ido Messie Antoine. Fue entonces cuando se había muerto Robe y ponían canciones suyas en la radio pública a modo de despedida cuando Alejandro comprendío que se acercaba el final de un mundo que había llegado apenas a entreveer , si tal vez la Luna brilla y Robe y grita ¡ Au ! ¡Au ! En una canción infinita. Un mundo poco a poco se acababa mientras se morían las estrellas del rock y Orwell bebía cerveza fría. Si Estrella errante había decidido marcharse definitivamente era porque también huía de un final que ya parecía sentenciado. La nave espacial se iba a estrellar más tarde o más temprano y él prefería estar lejos de allí porque a veces parecían la santa comparsa detrás del borracho Orwell: el ciego, el perro gigante, el fantasma de messie Antoine, Estrella errante , el autor o el Rey de la montaña. Sin embargo aquél lugar que no aparecía en ningún mapa, que ni siqueira había llegado a existir como tal, si no cómo un lugar abandonado dónde se volvió a construir, aquella ciudad sin nombre que ellos habían habitado y que fué fugaz y cuya memoria guardaba el destino de muchos de los que por allí habían vivido para siempre. En esta leyenda de la ciudad sin nombre. Si bién Alejandro encontraba anécdotas sobre el barrio en libros de la guerra civil, porque el barrio de alguna forma siempre había existido. Fue fugaz aquel Verano de 1989 pero todo lo que sucedió allí, todavía nos acompaña.
2 El Manantial.
Allí nunca había habido nada : algunos campos de Fútbol que poco a poco quedaron abandonados hasta que con el trasncurso de las décadas el monte se convirtió en Oro para los constructores. – Allí había un manantial – recordaba la madre de Alejandro antes de que construyeran nada y el autor cerrando los ojos podía ver las burbujas que manaban de la tierra en pequeñas lagunas dónde iba a coger renacuajos cuando era pequeño, todo sepultado hoy por centros comerciales, carreteras y fincas de pisos. Cuando comenzarón a construir en 1989 y verter escombro en el monte cercano al bosque, un artista se rebeló recordaba Alejandro al acercarse en la memoria a aquel señor que juntaba escombro y hacía esculturas.
- ¿ Qué estas haciendo?. – Preguntó Alejandro.
- Estoy construyendo espantapájaros. – Grito el hombre viejo.
- ¿Para espantar qué pájaros?. – Volvió a preguntar Alejandro.
- No, para espantar pájaros no, para espantar hombres. – Grito otra vez el hombre viejo mientras colocaba un ladrillo como cabeza de una escultura que se veía desde lejos.
- ¿Y para qué lo haces?. – Volvió a preguntar Alejandro.
- Para espantar la codicia y a hombres malos. – Contesto el hombre viejo.
Así sonriendo Alejandro miró a Orwell al recordar aquellos espantapájaros de piedra que no consiguieron parar el mundo, ni las máquinas escavadoras pero que una vez hayan existido recordaba a Alejandro el carácter numinoso de la infancia y la existencia frente a la construcción voraz y salvaje, la especulación, la codicia y el cemento armado. Era la misma codicia que persguía a Orwell y a Alejandro por diferentes motivos. Si a Orwell le persiguen las deudas, su hermano , la miseria, a Alejandro le persigue otro tipo de codicia hasta convertirse en un – asilado – en casa okupa de Orwell.
jueves, 18 de diciembre de 2025
Mi sexualidad siempre puesta en entre dicho empezo cuando era niño como todos en el aprendizaje de la vida. Recuerdo que cuando era niño, tenía tal vez 10 años, le robaba las braguitas a mi prima, e incluso me tapaba entre las piernas la colita, como si fuera niña y me masturbaba en frente de un espejo. Sobre aquél niño-niña creció - el hombre - que soy ahora. Una sexualidad siempre puesta en entre dicho, pero yo sexualidad poca últimamente. Esta mañana me he hecho una paja y me ha dado un tiron en el cuello, y de repente un dolor horrible de cabeza, que por un rato he pensado que me estaba dando un derrame cerebral. Pero no ha sido así. Solo era un tiron muscular o algo. De todas formas, al menos por ahora, puedo seguir con la vida. Con mi sexualidad frustrada de no poder - besarte - . besarala. besarte .
martes, 16 de diciembre de 2025
lunes, 15 de diciembre de 2025
domingo, 14 de diciembre de 2025
A esto de las 7.20 - me despierto - se impone el horario de Invierno y una dulce - monotonía - No puedo vivir como si tuviera 20 años decía Bob Dylan a los 50 años. Es hora de refugiarse en casa, y en esta universidad desconocida asaltar internét en busca de - fortuna - . El trabajo, la literatura por la tarde. Lecturas, y un sentimiento de liberación con un pasado no feliz. Esto aquella felicidad nos la robaron personajes chuscos como Zapatero o M.R y su gobierno - corrupto - . Nunca pagaron por delitos que habían cometido, en una especia de impunidad política, salvaron a los culpables y dejaron solo a la víctima. Se impone el horario de Invierno, no hay otro refugio, ni nunca lo hubo. Solo tú mismo eres tu propio refugio. Ahora tengo un nuevo equipo, solo en iniciarlo y configurar un i7 13º generación, con una tarjeta gráfica NVIDIA Gforce TRx y probar en el trabajo su potencia. Lo he comprado a plazos, esto y algunas cosas más. Último recurso para trabajadores sin sueño como diría Federico García Lorca. A las 7.48 se impone el trabajo, el horario de Invierno, y el hogar como último refugio a parte de ti mismo. A parte de la profunda decepción con un país que no se sabe ni siqueira para que nos nombraron. Si no fue para perseguirme y empobrecerme, robarme el futuro y tocarme los cojones. Por suerte - no les necesitamos - . Y solo persigo mi propia - independencia - laboral, económica en un país dónde ya lo hemos visto - todo - menos ninguna justicia , ni poética si quiera. Besos no. Así que pronto por la mañana me fumo dos porros, tomo café, y comienzo a trabajar, sin mucho espiritu ni nada. Solo es la mejor forma de refugiarte en ti mismo.
viernes, 12 de diciembre de 2025
Escucho hablar de la iboga africana, la ayaguasca mexicana, la silocibina de los hongos mágicos en la radio pública. Yo estuve tomando setas, de psiconauta , el estado se altera un poco, y ayuda contra la depresión y otras enfermadades de tipo psiquico y nerviosas. Mientras tomo maca con jenjibre y naranja y reishi japones, orgánico y de cultivo. Tienen también un componente espiritual, ya era tomado por los ritos de la eulisis clásica, y tal vez sea la silicibina - la soma - de los ritos védicos que nunca se ha sabido que era. A mi la silocibina me causaba efectos como la luz cuando la pupila se dilata y cierta sensación contemplativa. Ahora la gran farma coge la ayaguasca, la iboga, los cultivos de silocibina, para mezclarlo con IA y hacer medicamentos más eficaces y potentes por ejemplo contra la depresión y en solo 12 meses estarán los primeros medicamentos basados en los compuestos de la silocibina. A mi la que más interesa por su fácil acceso. Por ejemplo dónde yo las suelo comprar : https://www.growlobby.com/pan-setas-mckennaii.html. Estas son las que más me gustan, las compraría ahora mismo sino fuera porque podemos ir en cohce a por ellas porque el almacen esta cerca. ¿Que hora es? . Todo el invierno nos espera. Este verso de Luis Cernuda me recuerda la comicidad de la existencia. Llega un Viernes sin nada que hacer entre el delirio y el sueño. Cierta incovacción festiva me lleva a querer - pintar - algo. Hace tiempo que no pinto nada, no sé por qué.
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