domingo, 29 de noviembre de 2020

Un holocausto de irracionalidad, obstinada estupidez y avaricia.



Algunos creén que soy un pensador, un filósoso, y aunque mi vida desde pequeño iba encaminado hacia ello, pronto la vida se trunco y se torcio... De aquello más que un jean-paul sartre un filósofo que escribía novela, yo soy como albert camus, un novelista que escribre sobre filosofia. Hecha esta distinción, en este domingo tan largo para nosotros - los solteros - recomiendo la visita a esta peĺícula - con subtítulos - sobre Hannah Arendt, un totem de la filosofía contemporánea que en realidad era politóloga o algo parecido a eso, y que sin embargo dada su brillantez ha destelleado con luz propia entre la llama de la filosofía. Todavía no he visto la película, pero esta noche me tumbaré - hace 10 años que no veo una película y que solo rompo mis exvotos por Hannah - a ver este film que dice ser una mirada al nazismo. Siempre me ha interesado - la batalla de las cerezas - ese tríangulo que formaba con su maestro y amante Martín Heidegger y las otras relaciones que tuvo Hannah: Hannah y sus tres hombres. Sin embargo yo no lo sé todo y soy falible, así que me voy a tumbar a ver esta película sobre la vida de Hannah arendt no sin antes citar a Gunter Anders, un tipo que me cae bien y que junto con Hannah huyo de Alemania perseguido por el Nazismo como colaboradores de Bertol Brecht:



"El poder-violencia de Auschwitz y Hiroshima no se detendrá allí para el filósofo Anders. La tercera etapa estará dada por el sistema de la sociedad de consumo que no solo envenena el medio ambiente, los ríos, el mar, los bosques sino que divide al mundo en países en la opulencia y países en la miseria. Una sociedad de consumo que aplica la energía atómica para más autos, más armas, más cemento, más turismo, más idiotización con productos superfluos, pero al mismo tiempo más poder, mientras más violencia, más hambre, más subdesarrollo, más dependencia en los países no industriales. Y el mundo del "socialismo real" ante el temor de quedarse en definitivo atraso tecnológico - y además por su idolatría por la técnica- entregó también su alma al diablo del Estado atómico. Para Anders, las estaciones hacia el fin de la humanidad comenzadas con Auschwitz (la destrucción sistemática y anónima del ser humano), con Hiroshima (cuando el ser humano se apercibió de que solo bastaba apretar un botón) se completa con Chernobyl (nombre representativo para Harrisburg, y todas las demás catástrofes ecológicas habidas en la última década) donde el hombre pierde el dominio sobre el poder-violencia y se auto-mata en un holocausto de irracionalidad, obstinada estupidez y avaricia."



Gunter anders.







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