domingo, 30 de junio de 2024






De esto, que hablamos de literatura y libertad. Sobretodo la mía, que es la que molesta ante estos - bandidos - . Llevo días escribiendo, he cogido velocidad - crucero - . mientras - bailo - en este 1989..







5.





Enfermé en el hospital La paz de Madrid al nacer y estuve en la incubadora: A mi madre la dijeron que no sabían si iba a vivir. Allí de repente , en el campo de fútbol, en mitad de un partido 10 años después de nacer me tenía que parar por tener asma y no poder seguir al resto de los niños. Entonces el balon de fútbol salió disparado, rebotó en mí que estaba parado y entró el gol en la portería. Aspiré hacia dentro el ventolín y respiré profundamente.



- ¿Has visto ha sido gol….?. - Grite .


- ¿Por qué tomas eso….?. - Pregunto el hermano pequeño de Daniel.


- Para respirar.- Conteste.


- Se va a morir – Dijo Joel.


- No creo – Contesto el hermano pequeño de Daniel.


- No tiene gracia . - Grite.




A principios de verano de 1989 los partidos de fútbol nunca acababan. Eran partidos infinitos que duraban hasta que llegaba casi la noche. En aquél reino había tres campos de fútbol abandonados, dónde la maleza había crecido por las bandas y las esquinas . Tener asma para un niño supone a veces no poder seguir al resto de los niños pero en 1989 la gente dejaba a los perros sueltos, así que huír de un perro suelto que te persigue con una mochila llena de libros a la carrera de vuelta del colegio es lo primero que comprendes del mundo, es un lugar peligroso mientra corres por la calle hasta llegar a la esquina, justo en el momento que el perro se para y se va. A Orwell una vez vez le persiguieron dos perros cuando volvía borracho de Madrid por el monte y a mi me mordió un perro cuando era niño cuando volvía del colegio. Mi perra Tara se escapaba de casa y una vez mordió a un niño, otra tenía que ir a buscarla y llamarla por el monte en un lugar que nunca importó a nadie dónde un viejo mundo había muerto y se había quedado todo abandonado antes de ser demolido por el paso de las décadas. Ahora en 2022 pasada la epidemía y crisis de la Covid-sars la ciudad parece un monstruo de edificios y carreteras que se levanto sobre nuestra infancia . Allí desterrado en el jardin de Orwell contemplaba su casa construida en los años 60`s. Parecía ya avocada a ser también material de derribo, como muchas otras casas para construir nuevas viviendas de lujo.




- Algún día tirarán esta casa. - Exclame desde lejos mientras Orwell regaba el bosque de bonsaís y las plantas de marihuana.


- Si, algún día. - Contesto taciturno Orwell.


- Eres un hombre con suerte – volví a gritar – en las estrellas y planetas del universo hay oro, diamantes, pero no hay árboles.


- Ya no puedo regar los bonsais como antes. - Dijo Orwell. - Ven, échame una mano - .




Así me deslice por la escalera de la piscina con tener cuidado con el ultimo escalón que esta un poco suelto, y baje al interior de la piscina vacía llena de bonsais y frondosas plantas de marihuana. Orwell era un viejo obrero de la construcción y jardinero , que ya no podía trabajar y esperaba los años que le separaban de la jubilación trapicheando y drogándose , seguramente la jubilación no llegaría nunca y moriría antes , pero mientras esperaba la muerte se despedia de mundo haciendo lo que habiá hecho toda su vida; no hacer nada, beber , fumar, escuchar música. Sus ojos cansados por las noches de alcohol hacía que para hablar con Orwell era mejor hacerlo por la mañana, antes de que se emborrachara. Así por la mañana era distante y misterioso mientras que por la tarde era más afable, y en este caractér intermintente vivía cuidando de su perro, del bosque de bonsais y de las plantas de marihuana. Tenía los bolsillos pelados y vacíos pero siempre tenía una gran bola de hachís que iba cortando y desmenuzando para los demás. Messie antoine fumaba, yo fumaba, nacho fumaba, sus amigos eran sus clientes y a pesar de no tener nada no le faltaba todos los dias para comer olvidado por la justicia social o ninguna presatación del estado . Orwell simplemete, casí ni existía para la sociedad: No pagaba contribución, ni electricidad, ni agua, sino que vivía ocupado en la antigua casa de su madre, solo podía pagar el gas para poder alimentar a la cocina y el agua caliente. La casa no tenía calefacción lo que hacía que en invierno llevará siempre dos pantalones. A veces llevaba a Congo , el nigeriano que pide en el supermercado y este le daba parte de los artículos que le habían dado: pasta, pollo, leche, etc. A pesar de esto a veces le llevaba cosas de la alacena de mi casa para que se ahorrara unos duros en ese ir y venir de casa de mi madre y casa de Orwell ; beber cerveza, escuchar música, fumar hachís mientras los dias pasaban sin ningún destino mas que este escuchar las viejas historias de Orwell, de Messie antoine o de Nacho entre canciones de radio 3.





- Mirá: a las plantas de maria les están saliendo hongos. - Dijo.


- Corta lo que este mal y riega menos. - Conteste.


- Has olido la frangancia de esta planta de marihuana, huele a naranja .


- A ver.


Aquellas plantas eran casi lo único que tenía Orwell para pasar el invierno. A pesar de que tenía alquiladas tres habitaciones a messie antoine, Nacho y su hermano el meijicano. Sin embargo Nacho a veces no le podía pagar y andaba haciendo recados a otros para al menos tener para fumar. El mejicano nunca estaba en casa, solo volvía por las noches borracho y se iba temprano por la mañana pero era serio en el pago y siempre pagaba como Messie Antoine el jubiliado que ayudaba a Orwell con los gastos de la casa. Yo era el único joven y les miraba con perspectiva; un día tendría yo su edad, esto es irremediable, a parte de haber ayudado a Orwell regalándole un viejo PC que había arreglado conectado a una T.V para que al menos pudiera ver películas o leer los periódicos digitales, enviar correos o recibir las malas noticias que cercaban a Orwell. Por decir así solo nos teníamos los unos a los otros: Orwell no hablaba con su hermana desde hacía años , a Messie Antoine su mujer le había echado de casa, y Nacho no tenía dónde vivir, sino fuera en Cantabria dónde ayudaba a un americano reconstruyendo una casa a cambio de techo y comida. Ahora al mirar a la infancia desde este futuro llegaba a comprender lo ingenuos que éramos cuando fuimos jóvenes. En el colegio no te enseñan nada del mundo real, ni te prepara para la vida real porque el mundo que te enseñan en el colegio , no existe. La sociedad es una farsa, los años 80`s no era felices, mi familia apenas llegaba a final de mes. Aquella felicidad que prometía el futuro no era para todos y nunca lo fue como si a las clases medias y bajas el sistema les había dejado tirados, en la estacada. Se había construido una sociedad rica de personas pobres , en la que el futuro era una promesa que no todos podían pagar y el capitalismo una maquinaria que te iba excluyendo poco a poco hasta la pobreza. Si yo era un escritor fracasado, lo cierto es que ni Orwell , ni Messie Antoine, ni nacho , ni juan – el mexicano – , ni siquiera contaban para el sistema. A pesar de esto mientras escuchaban canciones en radio 3 y bailaban, también a veces contaban viejas historias. AL mirar desde el jardín de Orwell podía imaginar la antigua barriada: la granja Príegola, la mina a cielo abierto abandonada y lo pequeñito que era nuestro mundo en el plano general del universo . Atisababa desde aquí , desde el año 2022 que había algo de belleza primigenia de la creación en aquellas tardes de Verano que vivimos cuando fuimos niños. Al mirar la infancia – lo que se fue – cuando un niño poco a poco va tropezando y a golpes comprende el paso del tiempo y a golpes crece.





- ¿ Por qué te cabreas?. - Pregunté.


- No lo sé. - Dijo alberto.


- Pasa de él . - Termino diciendo Javier.


- Aquí no hay Orcos , ni Elfos. - Dijo Alberto.


- Ya, la realidad es una mierda. - Contesto Javier.


- Tal vez todo sea una metáfora y los orcos y los élfos sean por dentro las personas. - Dije yo.


- No , no me refiero a esto.


- ¿ A que te refieres?.


- No lo sé. No sé como será ser mayor.


- Una mierda . - Contesto Javier.




Así cruzábamos el bosque volviendo a casa porque aquél bosque solo era la extensión de nuestros cuartos de juegos. Recuerdo que una noche, volvíamos de jugar de los viejos pisos de la granja abandonada. Allí a la entrada al anochecer había un coche parado. Nos quedamos mirando y parecía que estaban dentro del coche follando. ¿Te atreves?. - Dijo Javier. Así Alberto casí de rodillas se acerco el coche , rodeo la parte de atrás dejandonos a sus espaldas, se acerto a la puerta y de repente abrió de tal forma que la luz interior se encendía y podíamos ver las tetas de la chica. Ella grito y nosotros nos fuimos corriendo. A lo lejos el chico gritaba - cabrones – mientras nosotros huíamos hacia casa de Alberto. Al l llegar entre carcajadas y risas alberto dijo – No ves – Ya no somos unos niños - .




- ¿Entonces que somos?. - Preguntó Javier.


- No lo sé, somos niños – hombre . - Contesto Alberto.


- Eso, somos niños-hombre- Dije yo.






























No hay comentarios:

Publicar un comentario

A las 3 de la mañana sigue - la fiesta - en radio 3. Jesus bombín con su A lo loco y con patines. He vuelto a preparar, m...