Mi lugar se perdió para siempre, fue un lugar que ya no es este. Mi infancia fue primero abandonada y después borrada de la faz de la tierra y con ello todo lo qué tenía de bueno. Alberto mi amigo que murió al final de la infancia tenía razón: la carretera nos iba a conquistar poco a poco. Aquél lugar apartado se convirtió en un lugar próximo , demasiado cerca de la ciudad, para seguir por si solo existiendo. Aquél mundo que había dejado de ser, ya abandonado dónde trancurrió la infancia, al final fue demolido cuando nosotros ya teníamos 16 años . De aquello , de haber vivido alrededor de lugares abandonados, queda la magia descarnada de esta novela llamada 1989. Aquél barrio obrero y abandonado poco a poco se fue convirtiendo en un lugar - refugio - de gente rica y acomodada. Ya no es aquél barrio obrero, sino una barriada con - aires - de gente que paga 1 millón de euros por la novena parte de la finca de mi tía y se creén ricos, ella sé fue a vivir a Villanueva de la cañada seguramente nunca vuelva a ver a estos primos y casi mejor qué así séa. De los otros , támpoco quiero saber mucho, cómo del resto de la gente. No saber nada de nadie, es lo mejor qué te puede pasar a cierta edad, para conocer y tratar a gente solo por afinidad y no por vecindad. De estos nuevos vecinos, me llevo mal con casi todo, espigados y altivos que se cruzan conmigo entre insultos o gestos despectivos. Si se mirasen desde la azotea de mis ojos, alguno parece nazi, como aquellos de la obra Noveccento, dónde se mezclan las clases altas y el dinero. Poco más se mezcla en ciertas - esferas - iletradas y anti heroícas. Desde la azotéa de mis ojos , hubo una vez qué solo estaba la casa de mi abuela. Aquella casa fue destruida como casi todas durante la Guerra civil. Sin más salto a 1980 cuando llegué a este lugar. Entonces era un lugar perdido y abandonado , dónde las casitas estaban alquiladas a estudiantes de la universidad, como la casa de mi abuela. De aquella fecha data el secuestro de la estatua del monje, que ha estado secuestrado 45 años en el jardín de la casa de Orwell. Tiene algo de hilarante o surrealista. No se lo intente explicar a mis vecinos, ellos no ven al escritor, ni le leen. Solo se cruzan conmigo para disgusto de muchos y de gente idiota que en vez de comprar un chalet, se creén que han comprado un pedazo de paríso pero el paraíso no es un centro comercial. Un poeta una vez se pregunto. ¿ Recogen los ángeles su parte ?. Pero, qué parte pueden recoger. Esta es la parte de los ángeles, en las distelerías, llamán así a todo lo que se evapora, o se beben los ángeles. Entre bromas intento describir y reconstruir un lugar desde la memoria antes de sentarme a escribir la novela 1989. Tengo que escribir, escribir, escribir.