martes, 17 de diciembre de 2024









El tema de la música en la obra - 1989 - Sí en la primera parte de la obra, esta descripción descarnada de los 80`s a través de la mirada de unos niños y una narración entre el pasado y el presente dónde se escucha múisica de los 70`s y principios de los 80`s. En la segunda parte que es una obra de teatro - novelada - estoy intentando hacer una recopilación de grupos y algunas canciones de rabiosa actualidad, que es lo que escuchamos en radio 3. Me recuerdo escuchando esta canción del grupo - biznaga - mientras escucho a Orwell y Estrella errante discutir por dos euros y 3 cervezas. Intentado sobrevivir a la miseria, no mis personajes no son jóvenes atolodrados, sino gente senior, antiheroes...escuchando a grupos como Biznaga. A fin de ayudarme en este propósito hace tiempo anuncié la creación de una playlist con todas las canciones de la novela. Si la novela empezaba con este tema rescatado de una antología de reggae, en la II parte en la obra de teatro, quiero ver discutir, soñar, bailar, emborracharse, y perder, a mis personajes antiheroes, y mendigos entre música actual de grupos jóvenes indies. Así es - 1989 - un escritor habla a través de su obra.










1989



3 Acto




1 Los lunes al Sol.



Los lunes tomando cerveza desde la mañana a la noche se imponían. También los martes de paro, subsidio y melancolía. Tomando el Sol en el jardín de Orwell con una lata de cerveza fría en la mano y fumando la yerba de la cosecha del último verano. Apenas los días fríos de Enero podía remover el polvo de las estaciones. Estrella errante discutía con Orwell por unos euros y unas latas de cerveza mientras Alejandro sentado escuchaba la canción Entusiasmo del grupo Biznaga. Todo parecía girar alrededor del desamparo de estos personajes abandonados a su suerte en aquella casa – chateu clamart – Fortuna n.º 40 dónde las zarzas y las espigas húmedas poblaban el jardín carcomido por la propia naturaleza de la que solo sobresalía el monje secuestrado de los años 80`s entre las hiedras , espigas y zarzas al fondo del jardín. Desde la cocina de Orwell el mundo parecía haberse detenido para siempre. Solo la radio traía la actualidad y la información y provocaba enconadas y enzarzadas discusiones sobre el gobierno, la guerra o cualquier otra cosa. No era raro el día que no amaneciese con una masacre en Palestina o la guerra de Ucrania. A veces entre cervezas sobresalía la opinión de Orwell , un charlatán que podía llegar a ser locuaz y podía acabar entonando el himno nacional – Tito, tito , tito – para acabar cualquier conversación. Alejandro más discreto intentaba reírse de las soflamas de extrema derecha de las que hablaban los hermanos pollo, Estrella errante y su hermano el mexicano que nunca estaba en casa y salía a primera hora a Madrid o del discurso marxista de Orwell que si bien soportaba al mexicano porque estaba poco en casa , a veces quería echar a Estrella errante, porque este a veces era inaguantable. Hablaba solo como un loco en la cocina de Orwell e incluso a este le daba miedo a veces por si Estrella errante cogiera un cuchillo pero para esto estaba el perro Van siempre vigilante preparado para morder y destrozar a cualquier visita inoportuna si la cosa llegaba a las manos porque Van en el fondo lo sabía, sabía que Estrella errante nunca le daba nada de comer y esto solo es el principio. A veces reían cuando Orwell les miraba esta España hambrienta, oscura, llena de carencias que mal viven en habitaciones alquiladas y exclamaba – Aquí no se admiten más pobres – y todos reían al comprobar que la pobreza y subsidios de 500 euros era todo lo que les unía.



- Me debes un euro y dos latas de cerveza. - Exclamo Estrella errante.


- Las cervezas las guardo en el - zulo - Contesto Orwell - Y no te debo nada - Volvio a decir.


- No , no encima he ido yo a por las cervezas me debes un euro y dos latas de cerveza.


Entonces Alejadnro se levanta y coge de le nevera una cerveza.


- AH no, truhanes . Esa lata que ha cogido Alejandro es de las tuyas. - Dijo Estrella errante


- Si claro. - Contesto Orwell.


- A Alejandro le invititas tú. - Contesto Estrella errante.


- ¿ Dónde pone en esta casa - bar - ?. - Pregunto al aire Orwell mientras el perro Van se sienta y se aparca en una esquina.


- No sé – dijo Alejandro.


- Aquí se viene masturbado, bebido, cagado etc. – Exclamo Orwell sin que nadie le hiciera caso.






A veces entre el tedio y el desamparo de las horas según iban cambiando los programas de radio 3 y se descolgaban telas de araña de los relojes parados mientras doblaban latas de cerveza una tras otra en el desengaño cierto de la existencia. Había muchos ratos de silencio dónde Orwell preparaba el puchero o la olla y nadie decía nada pero según se acercaba la caída de la noche cuando los programas de radio pinchan las mejores canciones y ya Orwell se había bebido una ristra de cerveza comenzaba la hermandad entre los borrachos. Orwell cambiaba y dejaba de ser un resentido izquierdista para ser solo un borracho. Estrella errante olvidaba la familia aristócrata de la que había devenido en mendigo y balbuceaba las letras de las canciones cuando comenzó a sonar Anabel Lee Natural para Vogue y Orwell bailaba y los demás, empezaban a bailar también mientras Alejandro subía el volumen en un pogo improvisado en la cocina de Orwell mientras se cerraba el telón porque Alejandro siempre pensaba que estaban todos dentro de una obra de teatro.








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