viernes, 20 de diciembre de 2024

Lean.











Lean un aperitivo de - 1989 - la novela. También hago música que no - existe - con un portatil , una caja de ritmos y una mesa de mezclas y lo susbo a youtube y me río. Hago cosas, en definitva, que no existen. Tal vez por esto son tan importantes los seres improbables. Y que bién que pinto.






1 Los lunes al Sol.



Los lunes tomando cerveza desde la mañana a la noche se imponían. También los martes de paro, subsidio y melancolía. Tomando el Sol en el jardín de Orwell con una lata de cerveza fría en la mano y fumando la yerba de la cosecha del último verano. Apenas los días fríos de Enero podía remover el polvo de las estaciones. Estrella errante discutía con Orwell por unos euros y unas latas de cerveza mientras Alejandro sentado escuchaba la canción Entusiasmo del grupo Biznaga. Todo parecía girar alrededor del desamparo de estos personajes abandonados a su suerte en aquella casa – chateu clamart – Fortuna n.º 40 dónde las zarzas y las espigas húmedas poblaban el jardín carcomido por la propia naturaleza de la que solo sobresalía el monje secuestrado de los años 80`s entre las hiedras , espigas y zarzas al fondo del jardín. Desde la cocina de Orwell el mundo parecía haberse detenido para siempre. Solo la radio traía la actualidad y la información y provocaba enconadas y enzarzadas discusiones sobre el gobierno, la guerra o cualquier otra cosa. No era raro el día que no amaneciese con una masacre en Palestina o la guerra de Ucrania. A veces entre cervezas sobresalía la opinión de Orwell , un charlatán que podía llegar a ser locuaz y podía acabar entonando el himno nacional – Tito, tito , tito – para acabar cualquier conversación. Alejandro más discreto intentaba reírse de las soflamas de extrema derecha de las que hablaban los hermanos pollo, Estrella errante y su hermano el mexicano que nunca estaba en casa y salía a primera hora a Madrid o del discurso marxista de Orwell que si bien soportaba al mexicano porque estaba poco en casa , a veces quería echar a Estrella errante, porque este a veces era inaguantable. Hablaba solo como un loco en la cocina de Orwell e incluso a este le daba miedo a veces por si Estrella errante cogiera un cuchillo pero para esto estaba el perro Van siempre vigilante preparado para morder y destrozar a cualquier visita inoportuna si la cosa llegaba a las manos porque Van en el fondo lo sabía, sabía que Estrella errante nunca le daba nada de comer y esto solo es el principio. A veces reían cuando Orwell les miraba esta España hambrienta, oscura, llena de carencias que mal viven en habitaciones alquiladas y exclamaba – Aquí no se admiten más pobres – y todos reían al comprobar que la pobreza y subsidios de 500 euros era todo lo que les unía.



- Me debes un euro y dos latas de cerveza. - Exclamo Estrella errante.


- Las cervezas las guardo en el - zulo - Contesto Orwell - Y no te debo nada - Volvio a decir.


- No , no encima he ido yo a por las cervezas me debes un euro y dos latas de cerveza.


Entonces Alejadnro se levanta y coge de le nevera una cerveza.


- AH no, truhanes . Esa lata que ha cogido Alejandro es de las tuyas. - Dijo Estrella errante


- Si claro. - Contesto Orwell.


- A Alejandro le invititas tú. - Contesto Estrella errante.


- ¿ Dónde pone en esta casa - bar - ?. - Pregunto al aire Orwell mientras el perro Van se sienta y se aparca en una esquina.


- No sé – dijo Alejandro.


- Aquí se viene masturbado, bebido, cagado etc. – Exclamo Orwell sin que nadie le hiciera caso.



A veces entre el tedio y el desamparo de las horas según iban cambiando los programas de radio 3 y se descolgaban telas de araña de los relojes parados mientras doblaban latas de cerveza una tras otra en el desengaño cierto de la existencia. Había muchos ratos de silencio dónde Orwell preparaba el puchero o la olla y nadie decía nada pero según se acercaba la caída de la noche cuando los programas de radio pinchan las mejores canciones y ya Orwell se había bebido una ristra de cerveza comenzaba la hermandad entre los borrachos. Orwell cambiaba y dejaba de ser un resentido izquierdista para ser solo un borracho. Estrella errante olvidaba la familia aristócrata de la que provenía y balbuceaba las letras de las canciones cuando comenzó a sonar Anabel Lee Natural para Vogue y Orwell bailaba y los demás, empezaban a bailar también mientras Alejandro subía el volumen en un pogo improvisado en la cocina de Orwell mientras se cerraba el telón porque Alejandro siempre pensaba que estaban todos dentro de una obra de teatro y él solo era un personaje más. El volumen de la radio a tope y la algarabía de otro lunes más al Sol como parados de larga duración, viejos borrachos y Alejandro intentando vivir sus últimas fiestas a la vez que sobrevivían al futuro de un mundo mejor que nunca pudo ser. Si cada uno de ellos había sido maltratado por el mundo y la existencia es algo que no importaba a nadie y ellos lo sabían; que no importaban a nadie si es que alguna vez lo hicieron. El tiempo pasaba entre picaresca y miseria así Orwell al lado del perro Van parecía el mendigo ciego que maltrataba al Lazarillo o tal vez los hermanos pollo fueran Rinconete y Cortadillo pero ya estaban demasiado viejos para pinchar o cortar así que Orwell pasaba la mañana alrededor de la olla preparando garbanzos o alubias gastándose lo poco que tenía en más droga mientras los hermanos pollos iban a pasear por los bares de la ciudad. Si Estrella errante había devenido casi en mendigo , su hermano el mexicano se gasta el subsidio del R.A.I en los bares de la ciudad y solo volvía a dormir mientras arreglaba los papeles de la prejubilación con la embajada Mexicana. Alejandro se despertaba cada vez más tarde e incluso al despertar se volvía otra vez a la cama. Solo había un horario fijo, al mediodía se reunían para tomar el aperitivo y tomar las primeras latas de cerveza mientras Orwell trapicheaba y repartía droga en una monotonía de Lunes al Sol y martes de Invierno. A veces tiraban al suelo de la cocina un chorrito de ron o cerveza recordando a Messie Antoine que no llegó al Verano y murió un día de Junio. Así empezaban los lunes al Sol; fumando porros y abriendo latas de cerveza, escuchando música, hablando en un corrillo alrededor de tres taburetes, la radio sintonizada eternamente en radio 3 salvo los días que se ponían a hablar y entonces le sustituía Orwell con youtube y si iba borracho pedía a Alejandro que pinchara sus canciones de reggae como su mezcla de sister nancy , bam bam reggae. Si alguna vez Orwell recordaba algo de la noche anterior es algo que los demás sospechaban pero tampoco sabían aunque Alejandro como sustituto de Messie Antoine intentaba velar por los intereses del casero y vigilaba a los hermanos pollo sobretodo a Estrella errante siempre al descuido. A pesar de esto Estrella errante tenía su parte cómica y divertida. Tenía carácter aunque estaba loco pero ninguno tenían otra cosa que Fortuna n.º 40 así que se tenían que conformar. El viejo camarada comunista Orwell intentaba maltratar a Alejandro los días de resaca, días que Alejandro no asomaba los hocicos para ahorrar el mal humor reinante y evitar recordar a Orwell sus calamidades porque Orwell en el fondo odiaba a Alejandro como odiaba casi todo salvo cuando iba borracho que era casi siempre y sin embargo como este se mantenía un poco alejado porque en el fondo sabía que Orwell y los demás le tenían cierto resentimiento. A pesar de esto cuando iban borrachos que era casi siempre la hermandad prevalecía a pesar de las rencillas y la siempre difícil convivencia en aquella casa patera de españoles fracasados. No rozaban ni las 4 de la tarde y ya habían bebido una caja entera de cerveza roja con más graduación alcohólica entre porros de yerba y hits de radio 3. Fue aquella noche que bebieron 2 cajas de cerveza especial y una botella de Ron del bueno, ron Savana del Supercor cuando se apareció el fantasma de Messie Antoine en la cocina de Orwell cuando este iba tan borracho que no podía casi ni ver.



- Uhhhhhhhhhhhhhhhh ! – Soy un fantasma.


- Pero Messie Antoine ¿ Qué haces aquí ?. - Pregunto Orwell borracho.


- Soy un fantasma – Explico Messie Antoine.


- ¿Pero entonces estas muerto?. – Preguntó Orwell.


- ¿No te acuerdas ?. – Pregunto Messie Antoine – Como siempre vas borracho – Volvió a decir el fantasma de Messie Antoine.


- Pues aquí estamos como siempre borrachos. Estrella errante , yo y Alejandro. Ya sabes. – Contesto Orwell.


- Has convertido mi habitación en un salón. – Dijo el fantasma de Messie Antoine.


- Si y ahora tenemos la IPTV china y vemos todo el fútbol: liga, liga de campeones, copa del Rey, dzone, todo. – Contesto Orwell borracho


- Uhhhhhh ! FLO- REN – TINO ! – Grito el fantasma de Messie Antoine. - ¡ Viva Venezuela libre ! . - Grito Messie Antoine otra vez mientras desaparecía.


V





















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