domingo, 22 de junio de 2025
Amanece - pronto - a estos de las 13 horas conmocionado aún por el humor blanco de las drogas. Preparo te, me ducho, me fumo un porro. Amanece y mis vecinos están callados, solo se escucha el rumor del silencio. No se mueven las sierpes a mis pies, ni el vecino del número 13 , ni un susurro a lo lejos mientras amaga con llover. Los domingos vuelven locos a la gente lentamente, poco a poco , domingo a domingo. Es cierto los domingos han matado a más gente que muchas bombas. La soledad del vaso de te caliente al lado de las cartas del tarot desparramadas sobre el escritorio. La radio apagada, el rumor del último porro. Al final - llovizna - suavemente un día gris que amenaza tormenta. Casi bochorno un día cualquiera de Verano - nuclear - . A mi 46 años y algunos de - soledad - hace tiempo que me merezco un apartamento en alguna capital de provincia: Gijón, Palencia, A coruña lejos de este - bestiario - . Nadie piensa en mi , pero voy a empezar a pensar en mi mismo.
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