jueves, 26 de noviembre de 2020
Desarraigo y soledad.
Un libro que narra la melancolia, no solo la nostalgia por la juventud perdida, sino tambíen la melancolía por la melancolía. Modiano despliega una prosa - deliciosa - alrededor de toda la novela y el café Conde, en el que el poder de la memoria a través de algunos personajes dibuja a un enigmático personaje principal. En el café Condé se reúnen poetas malditos, futuros situacionistas y estudiantes fascinados por la bohemia parisina... La nostalgia por la juventud vivida y perdida es el paisaje que narra Modiano, y tal vez el principal personaje de la novela. Ya no es la historia que cuenta, sino en cada página mana - entre recuerdos - de aquél París de los 60 la nostalgia y la melancolia por lo perdido, aquella juventud dorada. El amor y sus desencuentros con esta chica personaje principal a través de la mirada de algunos hombres, su amor, sus encuentros y desencuentros. Una novela fascinante que al llegar al final parece como si faltaran páginas, o algo más para ser una obra maestra para un lector que no sea a la vez escritor, ya que como escritor te das cuenta de que Modiano, premio Nobel de literatura esboza la nostalgia tal y como es con un trazo y una delicadeza terrible. "A mí nunca me ha parecido el otoño una estación triste. Las hojas secas y los días cada vez más cortos nunca me han hecho pensar en algo que se acaba, sino más bien en una espera de porvenir". Publicada en el año 2007, esta novela obtuvo gran éxito entre los aficionados a la lectura, en Francia una legión. También narra esos no-lugares públicos de tránsito por ejemplo un café, en verdaderos espacios configurados por el sentido que los personajes -desarraigados de sus propios domicilios privados y tal que pequeños dioses- les otorgan. La propia ciudad se convierte en un seno u hogar materno al que huir hacia afuera, frente a la desolación interior que me recuerda lo solos que estamos, aquellos que ya estábamos solos en esta crisis y pandemia de la covid-sars2. Ya no es posible refugiarse en ningún sitio y solo queda la soledad interior y el desarraigo de nuestros domicilios privados dónde - como a mi - nadie nos espera. También el libro es una invitación o asi lo quiero creér a vivir con plenitud nuestros últimos años de juventud, y gozar de la felicidad que todavía poseémos, ya en la cuarentena porque un día miraremos hacia atrás...
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