jueves, 28 de enero de 2021

La opinión está sobrevalorada.



Hay un lugar - el arte - y la cultura.. dónde no deberían entrar los políticos con sus "zapatos" sucios. En esta distopía - comparece - Pablo Iglesias para dar su opinión, pero la verdad es que la opinión está sobrevalorada como tantos personajes - simiescos - de la realidad política Española, y aquél mundo de la televisión, para olvidar... dónde convierten a los ciudadanos en público de políticos y otros vendedores de humo o encantadores de serpientes. Escribo versos y busco un editor, tengo una visión trágica de las relaciones humanas, de una sociedad donde, si exceptuamos la existencia de algunos amigos, estamos solos... y lanzo una mirada crítica y descreíada de - todo - lo que me rodea, esta sociedad - salvaje - llena de depravados, drogadictos, dobles vidas y otras vidas ocultas en una sociedad masificada, hipertecnificada y estatista, donde los números han vencido a las letras; el latín y el griego han sido borrados de los programas educativos, la tiranía de la ciencia, y el retorno de las brujas. Hay que ser - otra vez - antimoderno, porque aquello que se nos ofrece como modernidad no representa como dijo Gunters Anders otra cosa que:


"La tercera etapa estará dada por el sistema de la sociedad de consumo que no solo envenena el medio ambiente, los ríos, el mar, los bosques sino que divide al mundo en países en la opulencia y países en la miseria. Una sociedad de consumo que aplica la energía atómica para más autos, más armas, más cemento, más turismo, más idiotización con productos superfluos, pero al mismo tiempo más poder, mientras más violencia, más hambre, más subdesarrollo, más dependencia en los países no industriales. Y el mundo del "socialismo real" ante el temor de quedarse en definitivo atraso tecnológico - y además por su idolatría por la técnica- entregó también su alma al diablo del Estado atómico. Para Anders, las estaciones hacia el fin de la humanidad comenzadas con Auschwitz (la destrucción sistemática y anónima del ser humano), con Hiroshima (cuando el ser humano se apercibió de que solo bastaba apretar un botón) se completa con Chernobyl (nombre representativo para Harrisburg, y todas las demás catástrofes ecológicas habidas en la última década) donde el hombre pierde el dominio sobre el poder-violencia y se auto-mata en un holocausto de irracionalidad, obstinada estupidez y avaricia. ".



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