viernes, 16 de abril de 2021

Odiar la guerra y el fanatismo.



Mi yijing me advierte que huya de la violencia, y que solo actúe para defenderme de los ataques injustos. Aunque a veces es difícil, y a veces deseo que alguien me ataque para desatar toda mi ira. Motivos me sobran… Sin embargo siempre he sido antibelicista: Una vez vi un documental sobre la I guerra mundial, y acababa con la imagen dantesca de un soldado que había mal sobrevivido a un ataque de gas nervioso y caminaba de frente hacia la cámara como un perro mal herido, apenas se sostenía en pie, y no había allí nada de glorioso, o heroico, un soldado que casi pedía lastimosamente que le matarán para dejar de sufrir. Sin embargo alrededor del mundo hay millones de gilipollas analfabetos que todavía no han aprendido lo que significa la guerra. George Orwell decía que la guerra era ir a luchar contra alguien que tiene los brazos más fuertes que tú y del que solo te salvara una bala perdida sin embargo después de ver la película clásica Jhonny cogió su fusil, aprendes la verdad porque como dijo Antoine Saint-Exupery: Una guerra desde que se hace con avión e hiperita, ya sólo es una cirugía sangrante. Nos instalamos al abrigo del muro de cemento, lazamos, a falta de otra cosa mejor que hacer, noche tras noche, escuadrillas que torpedean al otro en las entrañas, que hacen saltar sus centros vitales, que paralizan su producción y sus intercambios. La victoria será quién se pudra el último. Y los dos adversarios se pudren a la vez… Para recordar esta cita de Saint-Exupery he abierto mi libro favorito, y he tardado más de 15 minutos en encontrar esta página dorada de la literatura: Y es así, hasta llegar al sencillo pastor, que vela el sueño de algunos corderos, si es consciente de su papel, descubre que es más que un servidor. Es un centinela. Y cada centinela es responsable de toda la creación. Saint-Exupery vio tanta muerte y destrucción primero en la guerra civil Española y después en la II guerra mundial, que unas página más hacia delante confiesa que le daba igual morir, si así salvaba lo más luminoso de la civilización: Así murió, fue derribado por cazas nazis. A modo de final solo puedo añadir que yo también soy un centinela, y he visto últimamente muchas cosas que no me gustan un pelo, otra generación de gilipollas, que como decía Saint-Exupery solo escuchan al robot, y se convierten en millones de robots dispuestos a ir a combatir cegados por una gran verdad, que como todas las grandes verdades, es una gran mentira creada para engañar a los hombres porque al final termino por leer en este libro dorado: Al odiar la guerra, también tendréis razón.









No hay comentarios:

Publicar un comentario

España es un país que adolece de - babosismo - y de babosos. De gente falsa e idiota, a los que no hacemos mucho caso , y les ...