domingo, 9 de mayo de 2021

Verano & literatura: Noches con whisky.



Fuera cae la lluvia con insistencia signo inequívoco de la existencia del tiempo y del espacio. A mi vecino se le ha caído el canalón del tejado, dañado durante la gran nevada, y hace un momento vencido por el peso del agua, ha caído con estrépito: Aprender a vivir a veces es así, saber aprovechar la fuerza del mundo y la gravedad de las cosas. También los seres tenemos gravedad o inercia: Todas las mujeres quieren tener hijos porque así es la arquitectura del universo. A una generación le sigue otra aunque sea solo fábula caminar solos hacia los cementerios. Hay que saber aprovechar la fuerza del universo ya que por ejemplo un sistema educativo con lagunas y grietas en el estudio de su propia historia construirá a hombres sin cultura. Una oportunidad para cualquier escritor o editor para vender a la gente, parte de la cultura que al mundo le falta. Así comencé a escribir mi primera novela de corte histórico – Los Alejados – en si un compendio cultural de una época, mal estudiada en los colegios e institutos. Aquellos vacíos culturales, en una sociedad que tiende a la especialización, son también una oportunidad, para nosotros los escritores. Cuando comencé a documentarme para escribir, alguien me susurro varios autores: Max Aub, Ramón Goméz de la Serna; lee las columnas de opinión de Ortega y Gasset en el diario el Sol o Unamuno, vuelve a las fuentes, y así podrás comprender con amplitud aquella época. Allí encontré que Max Aub tenía una novela sobre la vida literaria y las vanguardias de la ciudad de Madrid durante la dictadura de Primo de Rivera, anterior a la II República y la Guerra Civil Española y así fue como me sumergí en otra época… Este verano solo voy a escribir, y a vivir de algunos pequeños trabajos como freelance, tal vez con suerte algunos pequeños viajes. Sin embargo estoy completamente concentrado en el estudio, preparación y narración de mi novela que espero tener terminada a finales de Septiembre. Solo cuento con una experiencia personal, cuando tenía 29 años comencé a escribir en verano mi primera novela, una novela muy buena de viajes, aunque por mala suerte corrió por internet, nunca fue publicada,pero llegó hasta algunos círculos e hizo que comparecieran los malos, a partir de ahí me empezarón a llamar Kerouac y con malas intenciones como supimos después. Sin embargo me sirve ahora de experiencia, recuerdo que estuve todo el verano escribiendo y es lo que voy a emular este verano que más o menos ya ha comenzado. Escribir una novela no es como escribir poesía, algo que me entretiene un rato, o tres días, escribir una novela que merezca la pena ser leída es un trabajo y como tal me lo tomo. En realidad quiero escribir otras cosas, pero he decidido terminar este proyecto, antes de continuar con mi obra. Al final yo soy lector, antes que escritor, y documentarme para este novela-proyecto me ha servido de excusa para leer o releer a buena parte de los escritores Españoles desde los del 98 hasta las vanguardias. Es lo que me esperan estas noches de verano, literatura y whisky.







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