miércoles, 2 de noviembre de 2022











la casa - arbol y el origén del universo.



El bosque una mañana de primavera bajo el cielo azul, las praderas verdes y húmedas, los altos pinos entre encinas y chaparros, salpicado de enebros, chopos, y madroños y el olor freso de la yerba aún mojadas por el rocío de la mañana parecía señalar a un Dios alejado desde nuestros ojos de niño. Allí en una pradera verde entre algunos pinos, se alzaba un majestuoso un fresno - mágico y entre sus ramas construimos los niños la casa- arbol, apenas tres palés de madera sobre sus enrevesadas ramas; un fresno viejo, un gran árbol de pequeñas hojas, que parecía casí hablar con el lenguaje de las décadas y el paso perpetuo del tiempo. Nosotros - solo niños - perdidos en la infancia jugábamos a sus pies y escalábamos sus ramas y aún no antes de cumplir los diez años, aquel principio de verano de 1989.



- Ten cuidado con el clavo. - Dije.


- Solo estoy intentando clavarlo al tronco del árbol.


- ¡Ten cuidado! . - Grito Javier colgado de una rama.


- Necesitamos una escalera. - Grito Alberto.


Al subir entre la ramás apenas, se ve nada, salvo frondosas ramas y pequeñas hojas. Aún así Javier escalo dos ramas más, y yo en una especie de juego , al ser más pequeño escale otras dos ramas más hasta sobrepasar a Javier y Alberto y dejarlos a la altura de mis pies: Este será mi sitio como vigilante del bosque y de la casa árbol. - grite - . Solo tú puedes subir tan alto - contesto ALberto - si subiera yo alguna rama se partiría. - ¿Puedes subir más?. - No lo sé, me puedo caer. - Grite desde arriba. Así intente subir dos ramas más hasta la copa del árbol, subido a una gran rama que como un brazo gigante salía del tronco principal y sujetado a otra rama, con los pies intentando hacer equilibrios entre las ramas hasta llegar a abrazarme a la copa del árbol y mirar desde allí . ¿Que ves?. - Grito Javier.



- Veo todo el bosque - grite desde la copa.


- ¿ Y como es...?. - Pregunto alberto.


- Un bosque entero hasta el horizonte lleno de copas de árboles, y más arboles hasta el infinito.


- Te vas a caer - Dijo javier.


- Baja. - Grito alberto.


- No quiero bajar.


- ¡ Ten cuidado ! No es una broma, te puedes caer. - Grito alberto.


Así descolgandome de rama, en rama, apoyando los pies, y agarrado como podía al tronco logré bajar desde la cúspide, hasta la casa que habíamos construido encima de las ramas. ¿Por qué las mujeres tienen chocho...?. - Para meterles la pilila - dijo alberto - . Tienen agujero para sacar niños por ahí - Dijo Javier. - Entonces ¿El agujero es para meterles la pilila o para tener hijos por ahí...?. - Pregunte yo. - Para mear - dijo alberto y todos empezamos a reir. En 1989 no había educación sexual de ningún tipo y nuestros padres se habían criado en el franquismo pecaminoso y el sentimiento de la culpa. Nuestra curiosidad no tenía respuesta, más que el silencio o la regañina: Eso no se hace.


- ¿ te has hecho una paja alguna vez...? - Pregunto alberto.


- ¿Que es una paja....?. - Pregunte yo.


- Una pajilla, masturbarse.


- No.


- Eres un niño.


- No, no lo soy ya fumo.


- A mi me gustan las tetas. - Dijo javier.


- Dice mi hermana que ovula según la luna.


- ¿Qué es ovular..?. ¿Y por que según la luna..?. - Pregunté yo.


- No sé.


- Yo tampoco - Dijo alberto.



Así que la mayoría de preguntas se quedaban sin respuesta. Nuestra educación se basaba en llevar los libros de todo el año: matemáticas, lenguaje, inglés, sociales en una mochila que pesaba más que nosotros mismos. Sin embargo no había libros de la vida, ni ninguna educación en el colegio, para niños que tampoco tenían educación de ningún tipo en casa, que provenían de familias humildes como la mía o la de joel el niño de la granja priegola. Los colegios público realizaban una función social , dónde todos los niños eran iguales al menos en teoría. Solo aprovaban los éxamanes quienes tenían apoyo extraescolar .La queja fue llevada hasta la dirección del colegio, pero nunca nada hizo nada, hasta que al final decidieron hacer distintos grupos, aquella función social poco a poco desapareció , aún así yo estaba en el grupo de los listos sin apoyo extraescolar rodeado de dulces chicas que aprobaban todo mientras yo poco a poco me iba conviertiendo en el último de la clase. Yo fui el primer niño en llevar pantolenes - chinos - en el colegio, mi madre no podía pagar unos vaqueros como yo quería o el resto de los niños , y los pantalones - chinos - eran más baratos y de mejor calidad que los caros pantalones de marca. Mi madre había perdido su trabajo como oficial de primera en una fábrica textil, que hacía ropa. Las fábrcias de ropa cerraban y palabras como china o asia, me dejaba con la boca abierta.




¿Entonces de dónde venimos...? - Pregunte.


- Del coño de tu madre. - Dijo alberto.


- mira por eso tienes ombligo. - Volvió a decir señalandose al ombligo.


- No digas eso. - Dijo javier.


- mira, los árboles están vivos y no tienen ombligo. - Dije yo.




Así que el origen del universo podía ser cualquier cosa en la que tú verdaderamente creyeras. Porque los árboles también estaban vivos. Entre las clases de ciencias y religión, podías llegar a comprender ciertas cosas a las que normalmente no hacías mucho caso. La infancia es silencio a tu alrededor, sin embargo escuchas la conversación de los mayores y a poco a poco dejás atrás los viejos muñecos de la infancia, abandonados por otros juegos de niños más mayores. Tal vez ese el es primer escalon, la infancia cuando se rompe y se quiebra y dejas atrás los primeros e inocentes jueguetes, entre juegos. Solo existía un bosque para la infancia y lo niños, existirían otros bosques; el del guarda, el del pastor, un bosque para el caminante. Esta ilusión se apoya en la creencia en un mundo único en el que se situarían todos los seres vivientes. Sin embargo las flores, todo sucede así, las flores como el portador del significado que nosotros no podíamos comprender y su receptor, la abeja, consituyen a la vez el mismo bosque y no es el mismo bosque de fábula para la infancia subidos en la casa - árbol, un gran árbol de hojas verdes y pequeñas, y entre sus ramas, la infancia. En el bosque una vez hubo un asesinato. Un guardia civil apareció muerto y el crimen sin esclarecer. Era la década de los 50 y casí todas las cosas quedaban sin esclarecer por la dictadura de Franco. Mucho años después allí apareció un montón de pistolas y armas semi-automáticas dejadas allí por la delicuencia común; Franco ya solo era un recuerdo grotesto y hostil sin embargo aquél bosque pertenecía a una familia aristocrática perteneciente al opus dei y los legionarios de cristo, nosotros solo vivíamos a las afueras de un mundo que una vez exisitió y también dejó de existir. Por eso todo estaba abandonado incluso la vieja estación de tren del plantió. Solo éramos hijos de antiguos campesinos, trabajadores de la renfe o hijos de la granja.



















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