martes, 13 de diciembre de 2022







A veces me da por hacer volar la imaginación. Estoy escribiendo una novela espacial, tal vez para leer a un futuro hijo, algo con lo que entretenerme mientras narro los suicidios de la novela 1989. Sin embargo me da por soñar, esta novela trata de una misión para explorar otros planetas en busca de la primera misión una misión que dejo de enviar señal. Al final de lo que se trata esta serie de cuentos de ciencia ficcion que leeré a mis hijos, sin pretensión, y naves como latas de sardinas para ciencia ficción española.






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Un cuento de alejandro r . cisneros.


El motor principal de la nave de aproximación había dejado de funcionar. Nada le conectaba con la base y tampoco nada le conectaba con la Tierra, allí estaban solos en orbita alrededor del último planeta más parecido a la Tierra. La estrella anfitriona con la clasificación estelar tipo M (enana roja) con una luminosidad del 0,155% de la del Sol , con una órbita de 11 días alrededor de la estrella nueve veces mayor que el Sol, con un hemisferio mirando a la estrella y el hemisferio opuesto en eterna oscuridad. Hacía un año había llegado una misión lanzadera y había desaparecido para siempre sin volver a recibir señal de la base del planeta. El capitán de la tripulación y el ingeniero técnico lograron entre esfuerzos desacoplar el motor principal de la nave de aproximación y volver a acoplarlo hasta que el testigo del motor encendió en el panel la luz verde.



- Todo OK. - grito el ingeniero desde la escotilla principal de la nave de aproximación. Un módulo acoplado a la nave principal.


- Nos vamos – dijo el capitán. - Hora de salida 0.00 de esta noche.


- Podéis hacer las maletas nenas – Grito el jefe de mecánicos.


- No seas puerco – dijo el teniente.


- Ni soez. - dijo la doctora.


- Oh vamos, sois vosotros los que vais a bajar ahí abajo. - Explico el mecánico. - Solo lo digo por animaros. - Grito el jefe de mecánicos mientras se marchaba.


- Escucáme gilipollas, quiero volver a mi casa. - grito el teniente.


Las naves de tercera generación permitían mayor velocidad. Sin embargo al llegar al planeta, no encontraron la primera nave lanzadera, allí no había nada, ni siquiera recibían señal de la base.

















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