En uno de estos callejones, uno es el mío, otro es el de tomas y gonzalo de rugby. Hay varios callejones. Hoy iba andando acompañando a un amigo y nos hemos cruzado con dos niñatas, de 17 años, el caso es que iban con un coche y se han puesto a tocar el pito y a fumar yerba. Pero una de ellas la he reconocido ,debe ser la sobrina de Tomás, iba con pantolones reggae, y super guapa, pero no era lo que os quería contar, el chico este Tomás jugaba conmigo al fútbol, se hizo cura. Se lo llevaron los curas super joven. Venian a buscarle . Las chicas querian jarana, pero mira yo tengo 43, y he estado por darles un cogollito de yerba, pero hay que ser escrupuloso. Lo de que tenemos yerba tb lo sabe todo el barrio, por eso tocaban el pito.Chiquilleria. Yo soy como sergei gainsburg. si si la marsellesa reggae. Recuerdo otra vez que tocaban el pito y era por mi pero eso fue en el año 2006 y gritaba morenazo morenazo morenazo morenzo oe oe oe.. .y yo me puse rojo. Soy as i como inmortal me siguen pitando las chicas aunque supongo que por otros motivos. jo jo. para pasarmelo bién.....

El te en el supercor a 0,60 , te verde 25 bolsitas, es lo único que no ha subido. Cuando pago el cajero se ríe, le llamamos el liverpool, vive en colmenarejo y trabaja para faunia también. La cajera a la que apodmos - wendi - en realidad se llama brenda, pero es guapa y un día de borrachera la bautizamos como wendi. Luego est a fredi el nigeriano qu e pide los findes y fiestas de guardar que es amigo mio y de y patbombardino le lleva y él nigerieano le comparte comida de la que le dan....a ella la llamamos wendi. Y no saben si cuando pago soy tonto o listo. Pero yo me voy de ahí con mi te verde a 0,60 y hago mutis con el frio por el pasillo. Ellos no conocen en este barrio ni saben quien soy yo, eso me da ventaja a sus ojos solo soy un ser peculiar entre mendigos.

Es preciosa la lluvia en el bosque de mi abuelo. Después de la guerra civil, y un pasado republicano, acabó de guardes de bosque, el mismo bosque dónde sucedió parte de mi infancia. A veces - vuelvo - y me parece que es un lugar más pequeño que aquél lugar dónde la imaginación - volaba - . Estoy escrbiendo con mucho tacto y puño de hierro sobre la infancia. Estoy escribiendo el capítulo INVISIBLE , otro capítulo dónde toco la homosexualidad al final de la infancia, y la visión que teníamos de ella. Era algo de lo que no hablaba nadie, por miedo a ser señalados, algo que parecía que no existía, algo invisible, pero luego cuando me hice - adolescente - aprendí que muchos de los niños y niñas con los había crecido , eran homosexuales. Sin embargo el señalado era un vecino mío, que bailaba balet y del que decían a los chicos que tuviéramos cuidado con los "mariquitas", algo invisible que nos perseguía cuando solo éramos niños era que te tildasen de - marica - o mariquita , como también me habían llamado rojo o aborto, porque todos los insultos contenían una motivación ideológica y un día me pegué en el colegio siendo niño, porque me habían llamado - mariquita - con un niño-ogro que pegaba al resto de los niños;recuerdo que se hizo un corrillo de niños a nuestro alrededor, y empezamos a pegarnos y le di una buena lección apesar de ser un niño más pequeño. Recuerdo la infancia como un tiempo también violento con peleas entre niños y abusones de colegio. Entre recuerdos me retiro a escribir. Este capítulo - invisible - sigue al capítulo - cristiandad - para crear un contraste. SOn las 6:52 dejo de escribir, preparo te, y fumo yerba en el silencio de esta bohardilla. A hacer tarot me dice, cambiar de perspectiva con temor, y muchacha rubia que nos hace abandonar la soledad. ¿Muchacha rubia...? Donde está esa rubia ahora que la necesito en mi cama. Ja ja ja... así que me voy a la cama despues de haber escrito - casi - otro capítulo. El texto es mucho mas grande, aquí os dejo un pequeño bocado, a little bit.

7.

En 1989 no podíamos comprender que había cosas en el mundo invisibles; cosas de las que nadie hablaba pero que existían. Cosas que no podías ver, tocar o comprobar. Sí todos los insultos tenía una connotación política, una connotación de odio y de violencia también es cierto que el final de la infancia comprendimos que si bién había cosas invisibles que no podíamos ver, comprobar, contar, o tocar también era cierto que las cosas invisibles existían. [...]

- ¡Eres un mariquita! - Grito el niño

- No lo soy. - grite yo.

- ¿Por qué juegas con las niñas ?. - Pregunto el niño a grito y señalándome.

- Para jugar contigo prefiero jugar con ellas. - Conteste yo mirándole desafiante.

Así que ya de niño empecé a contarme entre los señalados, los perseguidos y los insultados. Yo de niño era más pequeño que los demás y solo cuando crecí alcancé en altura y fuerza al resto de los niños. Sin embargo descubrir que había cosas invisibles nos dejaba llenos de dudas y preguntas que no tenían una respuesta fácil, cosas que no se podían contestar con un si o un no, cosas ambiguas y extrañas que lentamente nos sacaban de la infancia hacia otro mundo, el mundo de los mayores. [...]

- ¿Qué es un mariquita?. - Pregunté.

- Cuando un chico le gustan los chicos. - Me contesto.

- Pero a mi no me gustan los otros niños. - Conteste.

- No le hagas caso, te tiene envidia. - Contesto la niña.

- Y si a una chica le gusta otra chica , como se llama. - Pregunté.

- Eso no existe... - Contesto la niña.

Algo para que los mayores támpoco tenían respuesta.

- Hoy me han insultado en el colegio. - Dije.

- ¿Que te han llamado?. - Pregunto.

- marquita.

- No le hagas caso . - Dijo mi madre.

- Y si me gustan los niños. - Pregunté con miedo.

- Esas cosas no te van a pasar. - Contesto mi madre.

Así que pronto te das cuenta siendo niño que los mayores támpoco tienen respuesta para las grandes preguntás .

alejandro rojo y cisneros, 1989.