big times.

Al volver a casa, una mujer que no se ha mirado en el espejo hace mucho tiempo , ha exclamado de forma - despectiva - "el poeta" al cruzarse conmigo. Debe ser - el poeta - al que nadie publica. Sin embargo la cultura y el arte es un arma cargada de futuro apesar de la censura , de los malos editores y las savandijas políticas; la calidad literaria, como premisa o promesa. En la literatura llevamos el balon, la tocamos, en una especie de catenaccio literario frente a los brutos , los cazurros y los obreros que lo último que harían sería leer poesía o más simplemente, leer. La honestidad , y la verdad son al igual que el lenguaje, una herramienta para levantar poderosas imágenes o metáforas; el poderoso drama. Nadie cree en mi más que yo mismo. Incluso ahora abducido por la alucinegina de las setás psicotrópicas, al lado de una botella de ron y coca cola puedo comprobar que mi mirada sobre las cosas es correcta. Frente a la arrogancia de personajes políticos y de la cutre realidad del gobierno o de la oposicion, o de Yolanda Diaz, que es la cara bonita de una izquierda más bién féa vestida de rosa... llena de marcas políticas quemadas. Yo a lo mío mi quehacer literario, sin ninguna ambición más que la estrictamente literaria. La literatura es un arte barato si puedes pagártelo, lo único que necesitas es tiempo, que es lo único que no se vende en los supermercados. Aunque mi primera novela después de algunos años malos esta medio acabada, ya trato de imaginar mi próximo proyecto literario que probablemente signifique retomar Los alejados, una novela que dejé a medio escribir hace unos años. Así el tiempo significa sobretodo lo que construimos con él, porque si supiésemos qué es el tiempo, sabríamos qué es el mundo . No soy un escritor de género, con todo lo peyorativo que implica el término, sino más que otro género que no sea el humano. Ahora me siento a escribir una vez acabado el día apesar de las setas de silocibe y sus efectos que me acercan a la plenitud - como ser - y también a su desengaño. Ahora al contemplar desde aquí lo que significo la infancia y el final de los años 80`s parte principal de la novela. Sin embargo estoy empezando la primera parte de la novela que comienza en 1939. Ahora que los vecinos estan ahí intentando meterse en mi vida empujados por los mismos medios de comunicación desde me llamaban - maricón - cuando era joven; ni me lío con michelle, ni me lío con charline , nosotros a diferencia de los políticos creémos en la libertad...y esto es lo que molesta, los mismos que NO nos publican, nos dicen con quién me tengo que casar. Cuando el novio dice que NO.

"Después de tirar el fusil y desertar del frente, vestirse de campesino y escapar de la ciudad. Melquiades Cisneros siguió las vías que provienen de la estación del Norte y Príncipe Pío dejando atrás una guerra perdida cruzando las líneas del enemigo para volver a su casa antes de que la ciudad de Madrid cayera y fuera tomada por los sublevados; nadie sabe lo que significa una guerra hasta que luchas a muerte con un hombre más fuerte que tú. Al volver no encontró nada de su casa, ni una piedra sobre otra de un lugar que había dejado de existir por los bombardeos nacionales. Allí no había nadie esperándole, su mujer había sido evacuada en 1937 de aquél lugar llevando consigo a su primer hijo y un bebe recién nacido. Ni siquiera tenía noticias suyas. Lo que había sido una pequeña granja con gallinas y algunos animales ahora solo eran escombros. Su casa había sido utilizado como hospital de campaña en el frente de la carretera de La Coruña por el ejercito republicano y había sido bombardeado por el ejercito de Franco como el resto del pueblo, un pueblo que había dejado de existir en 1939. Se sentó entre las piedras que formaban una montaña de escombro y una pared aún en pie de su antigua casa y comenzó a llorar. Nadie sabe lo que significa la guerra hasta que luchas a muerte contra una hombre más fuerte que tú y cuando te va a matar, una bala perdida cruza el aire y le revienta la cabeza. No hay ninguna acto heroico en ninguna guerra, en ningún campo de batalla, la gente vive o muere solo por azar. Al secarse las lágrimas Melquiades intento respirar fuerte, tomar aire, la oscuridad de una dictadura de cuarenta y cinco años caía sobre él y sobre España aún con la sangre fresca de los cientos de asesinados y las represalias públicas. Nadie sabía lo que iba a suceder y Melquiades ni siquiera sabía si iba a vivir o que iba a suceder después. Nadie lo sabía. Al anochecer coloco algunas piedras y allí bajo el cielo estrellado contemplo la noche. No había nadie allí, no había nadie en kilómetros a la redonda. Todos habían huido. Él había luchado en la guerra; había matado, había robado para poder comer, había enfermado en los barrizales de las trincheras, había mentido para sobrevivir y también había desertado. No sabía que si le señalarían cuando los demás volvieran al acabar la guerra , ni siquiera sabía si iba a vivir, pero aquella tierra, aquella casa derruida, era lo único que tenía porque él no tenía ningún otro lugar al que volver. No miraba el pasado con nostalgia, recordaba a su mujer como algo lejano tras tres años de separación pero su vida anterior a la guerra era algo lejano como un recuerdo de un mundo mejor que dejo para siempre de existir...."

1989, alejanro rojo cisneros.