Afectados o no.

Estoy editando un libro de poesía para un premio internacional. Solo me he presentado una vez a un premio y envié por despiste una corrección con faltas de ortografía .He decidido dividir la obra en dos por ser demasiado extensa casi 2000 versos y presentarme a otro premio, con otra obra diferenciada. Entre otras joyas de la poesía moderna comparece esta poesía que escribí hace unos años afectado o no... dónde se mezcla lo que aprendí de joven de filosofía, la experiencia vital y una poderosa nostalgia por lo que fuimos, de lo que somos.

Éramos invencibles.



Éramos invencibles vestidos de nieve,
los domingos por la mañana
en aquellos extrarradios, aquellas barriadas. 

Habíamos quemado nuestras alas. 

Éramos invencibles como el otoño, como la nieve. 

Sin destino como las piedras. 

Se van cayendo las cosas y nosotros con ellas
en esta perpetua caída. 

Ahora termina el poder del sortilegio: 

Has despertado.

Estas cayendo.

Como las hojas aún verdes
caídas por un aguacero.

A nosotros que caemos, 
solo pasajeros en este cementerio
de interminables muertos.

A nosotros que tenemos el tácto
solo de la piedra. 

¿Hacia dónde vas ahora que has despertado?. 

Tal vez al caer sientas al mirar hacia arriba
asombro por las constelaciones.

No hay donde asirse.

Quizás en la caída comprendas
que solo es un bocado de lo terrible caer sobre la tierra. 

Llegará la tormenta y doblaran las gotas
al caer sobre el estanque dorado. 

Borrará el nombre de las lápidas hasta empaparnos.

No podemos comprender el universo.


A veces llueve, eso es todo.

Alejandro rojo y cisneros, nueva poesía.