Ahora que nos han dejado - solos - . Comienza una era de lectura . Leer me ha salvado muchas veces: de los bares, del crédito, del consumo vacío, de las malas compañías , de los machirulos de pueblo, de la pobreza y también de muchos monstruos. La lectura es un placer adulto y activo que nos lleva a lugares y sitios dónde nunca estaremos. Para nosotros una librería es un templo y cada libro un tesoro. Otros desdeñaran este ocio, esta cultura de vivir entre libros, autores, ensayos y lo cambiaran por estar borrachos en los bares. También ayuda el - te - en esta soledad y esta instropección, y desde aquí erigirme en autor, en escritor. Un juego adulto y liberador , la literatura que jugamos mientras la vida cambia poco a poco otra vez de estación. No pueden meter a un maromo en mi cama, tampoco pueden ir contra nuestra libertad, por ejemplo de escribir con el puño firme nuestra propia fama como escritor o pintor. Alejado de la crispación, del politiqueo , simplemente nos dedicamos a escribir y leer literatura, como un droga feliz mientras los demás nos miran como seres extraños. Así parece ser, venimos - nosostros - los letra heridos, de un mundo extraño al paisanaje troglodita de España y la corriente estúpida - que en general - nos mueve. Avaricia, codicia , hipocresía generalizada. Prefiero sentarme a leer, a escribir y perder el tiempo entre mis libros técnicos de hakcing, la poesía contemporánea, o novela americana de los años 50. Da igual, la literatura es un quehacer vital, que relega la modernidad, la última hora, al periodico amarillo del año pasado o anterior; España no avanza, poco a poco se pudre. de hecho en mi novela 1989 trato el presente, como el futuro demolido de aquél pasado. Algo que me da que pensar.