domingo, 25 de febrero de 2024







Mientras la existencia pasa, como pasan las páginas de mi primera novela. Alejado de la cacofonía política, y lo que significa, que el tiempo pasa como ineludible hilo conductor de cualquier historia entre el desasosiego y las luces de alguna bohemia . Mientras me miran - raro - los pueblerinos más paletos que Eustakio, entre el desengaño extraño porque nosotros somos libres. Una libertad que ellos no pueden tener. Un buén trabajo lo puede tener cualquiera pero sentirse escritor, sentir este poder, como un gancho de izquierdas. Un golpe encima de la mesa. Es algo que no me pueden robar, las miserias políticas, ni los vecinos estúpidos atizados por el odio y las difamaciones de la extrema derecha que en España queda desarbolada, solo abocada al insulto. Por insultar, y no lo vamos a permitir, ni chantajes sexuales, ni prevendas de nadie, mientras poco a poco se despejan nuestras pocas dudas, la literatura , me hará libre. No trabajar en una estafa piramidal, llamada trabajo porque el sentido de la existencia no es la producción y la violencia. Ni siquiera ganar dinero. A mi no me hace falta trabajar en el supermercado para ganar dinero, ni en la gasolinera, ni en la cafetería. Ya esta bién, de permitir los insultos a nadie ni que nos roben la felcidad o la alegría mientras suena el piano de juanita bonita.








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