miércoles, 18 de noviembre de 2020

Negra espalda del tiempo.

Javier Marías, una mina sin fondo para los más avezados lectores muestra en esta obra dónde se dirime el cada vez más estrecho margen que separa persona de personaje y realidad de ficción, una mirada al pasado entre recuerdos o falsa novela, que es a la vez ficción. Este - chico - javier marías, que será estudiado por los mismos ratones de biblioteca y críticos de los que él también huye hasta devorarlo hijo de Julian Marias otro de mis autores y su complejo mundo filosófico que habitan en mi scriptorium. Traigo esta novela a este blog tal vez su entrañable gesto al poder leerle todos los domingos frente a la cacofonía de los políticos y los máss media y político mojigatos como Pablo Iglesias Turrion o peleles como Errejón, o freńte a idiotas consagrados como el lider de VOX Santiago Abascal, un negocio la política más interesante que la inversión en bolsa de valores sobretodo para el lucro personal, convertido ya en una piara de cerdos revolcándse en el barrizal de la democracia... Sin embargo aún quedan autores que tienen consagrada su vida a la literatura, y este oficio también frente a los petulantes ogros del rap de la santa inquisición comunista. Frente a todos ellos el literato por ejemplo Marias, ofrece una salida a el laberinto de la realidad, tal vez con la ficción como forma de subvertir la realidad y contar, como otros tantos autores, la verdad. Un ejemplo a seguir para los jóvenes como Felipe Benitez Reyes, al que estoy desenado poder leer con su última obra La consipiración de los conspiranoicos que me recuerda por su título y temática a obras como El hombre que fue Jueves, o Sin noticias de Gurb del grande, Eduardo Mendoza. Todos ellos estelas a seguir por los jóvenes autores que - si la política - y los necios que allí habitan nos lo permiten mientras ellos - egolatras - y más personajes que personas, en esa ficcioń que habitan y su lucro personal, nos permite a nosotros - los libres - continuar con nuestra andadura literaria, aunque nosotros támpoco vamos a perdir permiso a nadie.

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