lunes, 23 de noviembre de 2020

Otoño en Madrid.

La ciudad de Madrid en Otoño es una de las ciudades más bonitas de Europa, los días soleados de finales de Noviembre con la caída de la hoja antes de la Navidad y la llegada del Invierno cuando sus parques y jardines se queman en el fuego de un esplendor dorado: Subir la cuesta de Moyano y comprar libros, pasear por el parque del Retiro y perderse entre las arboledas, comprar vino en el barrio de Salamanca, bajar hasta el café Gijón, tomar algo, y pasar la tarde en el museo del Prado. Es un recorrido trillado por este escritorzuelo al que la pandemia le ha robado Madrid durante una temporada: Ya no hay bam reggae en Lavapies, ni támpoco vino bourgone para lo sábados entre noticias de la apertura otra vez de El rastro. Son costumbres a las que me he tenido que desacostumbrar y aquello que era habitual, se vuelve raro o excepcional. Así he capeado la pandemia entre la soledad y el desasiego: la televisión apagada, y libros tirados por el suelo. Entre una vieja colección de tres volúmenes sobre Madrid, he elegido estre sobre tabernas, botillerias y cafés. Uno de los libros en los que me he basado para documentarme a la hora de escribrir mi primera novela Los Alejados para habalar de tantos cafés literarios como el café de Fornos, el universal, el café Gijón, el central o el café pombo dónde el único tema vetado era la guerra y atrajo a todos los intelectuales de aquella época hastos de aquel tema, dónde se reunían los sábados en un sotano del local y a los tertulianos les daban las tantas pero también había muchos más con tertualianos como Gomez de la serna o rafael bergamin etc. También durante esta época de pandemia para poder seguir escribiendo página a página e he tenido que hacer visitar virtuales a muchos sitios y lugares. Por ejemplo encontré esta página sobre parques y jardines de España entre ellos los de madrid como el jardín del capricho, y otros tantos por iglesias que me hubiera podido gustar visitar, pero que tendrá que ser en otra ocasión.
He encarado la parte final entre escritura y reescritura dónde después de unos años perdidos, retomo con fuerza la narrativa más decadente, también leyendo a Julian Marias o Antoine Saint-Exupery sobre como pudo ocurrir la guerra civil Española, las andanzas de Antoine por España durante la guerra civil o leyendo a Chavez Nogales en obras como a Sangre y fuego. También tengo una edición de un libro sobra la II república y la guerra civil, en una edición casi enciclopédica dónde puedo tomar pulso a la realidad política a la vez que voy pasando por los escenarios de la novela: cafés, parques, iglesias de Madrid, y casas lenocinio, holgadanza y malvivir, otro volumen de aquella trilogía necesaria para comprender Madrid, lejos de convenciones sociales y más ceñidos a la verdad. Así que convertido en un nauta durante esta pandemia he conseguido hilar otras 170 páginas que se suman a las 190 que tenía escritas y ahroa entre la reescritura y el desasosiego caigo en un leve descanso después de algunas horas de trabajo e impostura. Todo lo demás, tendrá que esperar.

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