viernes, 20 de noviembre de 2020

Poética desnuda.

Tal vez mi poesía sea menos lírica, y más directa como un tiro en la cabeza, a drede a bocajarro. Sin subterfugios, tal vez un lenguaje más coloquial, evadida de metáforas y una temática social, en vez de sentimental. Los viejos maestros a los que leímos desde lejos, preservaron en su poética la belleza del lenguaje, el rumiar del pensamiento. Como por ejemplo este manual de infractores que debería leer cualquier aspirante a poeta, como por ejemplo Somos el tiempo que nos queda de J.M Caballero Bonald. Un torrente de dialéctica, tal vez yo pasee por otra lírica, tan parecida a veces a Rilke y sus elegías de Duino dónde se mezcla filosofía, incluso teología. Estas pertenecen a mi primer amago de novela - Los Alejados - dónde entre monólogos en iglesias perdidasd de Madrid, tabernas y cafés literarios se alude a la fe perdida, o la ausencia de una religión, siguiedno la estela de aquellas elegías. Hace falta que pasen muchos hombres para escribir un solo verso verdaderamente bello y auténtico, hacen falta generaciones para que se escriba Somos el tiempo que nos queda. Solo uno levanta la cabeza como objeto de la poesía entre tantos.. perdidos en los engranajes del sistema, trabajos de mierda, la falta de libertad, y esta sociedad - Benarés está enferma -.






Como poeta - tengo - un arma terrible, la paciencia, dentro de 20 años seguiré siendo poeta. Algo que comprendo al leer a Caballero Bonald, tan incorrecto, innovador y atrevido ya en su vejez. Los escritores vamos al reves de la gente, algo que estos paletos que me rodean no llegarán a comprender nunca, así que huir de ellos está entre mis últimas metas. Persigo la poesía y la utilizo como un utensilio preciso para discernir el mundo, un material dorado la palabra, entre dibujos y óleos.


Todo es mentira.


La poesía es una minoría entre la mayoría.

También es cierto que la mayoría de la gente ve la televisión, 
que es un engaño con decorados de carton y aplausos de mentira.

Hay que acabar con ese simulacro,
                   aunque el universo séa una ruina.


Los poderes del mundo son otros,
ni siquiera por decir algo la macroeconomía.

Támpoco hay solución al paro o las huelgas obreras te confesarán los periodistas. 


Ni siquiera.


Los políticos solo pueden gestionar la pobreza 
para que esta nunca sea un callejon sin salida. 


Todo lo demás es mentira.


Provenimos – el hombre – del barro,
la misma arcilla de la que esta hecha un pájaro,
o un niño.

Aqui comparecen las Iglesias, y al lado el banco del mendigo.

Sabedlo tambien morimos solo para nosotros mismos. 

El sentido de la existencia no es la producción y la violencia,
divididos en clases sociales en ciudades y ramales oscuros.


Nuestra fragilidad es ota, proviene de la quemadura del universo

y las manadas de estrellas a lo lejos.




Alejandro rojo y cisneros.



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