miércoles, 21 de julio de 2021

Desamparo y poesía.




Hay quién recuerda su juventud trostkista entre libros y gintonics, yo de joven era camarero y pasaba droga. Trabajaba 60 horas semanales, seis días a la semana con contrato de 20 horas. Los comunistas estaban en el salón de las universidades a la que yo nunca pude ir... fumando porros hablando de la revolución y un mundo nuevo e idílico dónde todos seríamos iguales mientras yo lavaba vasos y fregaba suelos con lejía sabiendo que aquél trabajo de mierda era lo único que tenía. Sin embargo soy raro con el dinero que ganaba compraba libros de poesía que seguramente sea lo único que me una a toda esta panda de gilipollas de clase media – alta que hoy escriben en los periódicos y que pasarón por las universidades resbalando entre ensayos de Trotsky y Federico Engels intentando hacerse los interesantes. Yo no era un camarero normal, por las mañanas iba a la biblioteca y me perdía entre libros, incluso llegué a leer los infinitos números de la revista de Occidente fundada por Ortega y Gasset siempre entre la filosofía y el desamparo y era el único que leía aquella revista casi olvidada. Como sub-camello támpoco ganaba mucho dinero, apenas para tomar unas copas por la noche después de una jornada laboral de 12 horas a turno partido entre la fatiga y el desencanto: Era fácil, los clientes se apoyaban cansados en la barra del bar pedían mierda y yo se la daba. Así que todos los días con veinte años iba al bar con tres o cuatro gramos de los que me sacaba 20 euros por cada gramo y para un chico de veinte años era bastante dinero a la semana. Así que durante aquellos años tuve una vida muy golfa, recuerdo que alquilaba una habitación de hotel en Principe Pío los jueves por la noche y me perdía por Madrid hasta el amanecer y así un día tras otro hasta perder el equilibrio pero un día – los malos - me encontraron… y la vida siguió porque la vida siempre continúa, pero ya fué sin mi porque yo morí un verano de mucho calor y sequía a la edad de 24 años y desde entonces hablo con los Ángeles. Los ángeles, no son comunistas, aunque yo con veinte años ya sabía que si bién el beneficio salía de los derechos de los trabajadores, también sabía que sino había beneficio, no había negocios, y támpoco trabajo, que es lo que pasa en los países comunistas. Támpoco era fácil imaginar que las ideologías buscan lo mismo y a la vez se contradicen así que la conversación de los ángeles remite casi siempre a la religiosidad como fundamento del mundo pero los ángeles no hablan, solo hacen señales: Ven sin ojos, caminan sin pies, y son invisibles, incorporeos e omnipresentes; es un hecho que el electrón y cualquier partícula subatómicas se comportan como ondas y eso explica por lo menos una de las paradojas de la mecánica cuántica: que una partícula pueda estar en dos lugares al mismo tiempo. pero según la angeología más exacta en realidad los ángeles son nuestros antepasados. Yo se que sucede cuando mueres, o lo se de una forma rudimentaria: La luz, la tea de Dios: Morir es nacer en otra dimensión que comparte nuestra realidad dońde no hay piel, ni manos, ni pies, solo sentimientos. Un hecho que me gusta de los ángeles, es que les gusta la lluvia. Los puedo sentir en el tejado, contemplando la lluvia, tal vez por eso exista la lluvia para que los ángeles - nuestros antepasados - recuerden la vida pero los ángeles no se mojan, ni lloran, porque - en definitiva - las lágrimas provienen de un océano desconocido... y aquí tengo a un sabio del yijing leyéndome y algunas miradas indiscretas, no te preocupes amigo mio, los que nos miran veladamente, son casi todo mujeres bellas...







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