domingo, 29 de agosto de 2021

Historia distópica del hombre.









La esclavitud creo la historia. De forma subsidiaria, la esclavitud de los pueblos conquistados supuso la fuerza de trabajo necesaria para las primeras obras de ingieneria. La esclavitud en si, desde entonces solo se ha alargado, detallado, con minuciosidad, hasta el extremo en el modo en el que los hombres somos libres o la capacidad de ello. Tambien ejercemos el poder-violencia al consumir desaforadamente y nos damos cuenta de como cruje el mundo, porque no lo escuchamos. Tal vez un mantra sea el canto de los grillos y los grillos, repetido, y repetido hasta el infinito, cada noche, cada día desde hace miles y millones de años desde la edad de Bronce, sino aún antes en Ucero. Imaginad aquellos primeros pueblos, dónde seguramente, allí tenían un altar para los sacrificios y los Dioses de la tormenta. Desde un punto de vista antropologico puedo contemplar el erroneo punto de vista desde que se juzga y estudia la historia. Tal vez existan otros prismas, probablemente más cercanos a la verdad: el sentido del mundo no es la producción. Tal vez aquel mantra de Ucero se compranda mejor escuchando a los grillos repetir y repetir la música de la creación generación trás generación desde el principio hasta aquí, desde la nada hasta este punto dónde ya no distiguimos si existe progreso o más bién parece que nos estamos destruyendo unos a otros, en un circulo vicioso de consumo desaforado, la masa, el desengaño. Ayer pense un dibujo donde un radical lanza una botella, y preguntan ¿Quién es?. Y el otro contesta: Es un turista. Tal vez de lo que hablaban los antiguos era el fin de la esclavitud, en último caso el hombre como centro del mundo; las rosas tienen la medida de la mano. La proporción exacta que indica que todo ha sido creado por el mismo Dios, el mismo movimiento mágico de la creación. Tal vez aquellos primeros hombres imaginaron aquél lugar, como un lugar de culto, aquellas cavernas para rituales sagrados. Un lugar muy bello, tal vez otra vez pueda volver en otra compañía en temporada baja y con más tiempo para esparcirme por aquél lugar y perderse por ahí. No se me olvida este hecho a la hora de escribir, desde mi anarquía primigenia, la esclavitud y la guerra suponen un horror, que ni siquiera es humano, ni siquiera en la antiguiedad se veían estas hambrunas, solo llegó con el invento de la historia, por la civilización.... Sin embargo aquellos pueblos conquistados no era tan bárbaros, ni aquellos pueblos vencedores tan civilizados. Supongo que como en todo una cosa es creer en Dios, y otra muy distinta ser gilipollas.






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