sábado, 7 de mayo de 2022







Sobre la metafísica de un día bonito... no voy hablaros. Los sábados por la noche, son a veces difíciles, demasiada soledad, te inunda y en ella te ahogas. Hoy no tengo sueño, ni nadie con quién hablar. La literatura es un ejercicio de consuelo, en este caso hacia uno mismo. El ejercicio de la libertad, también tiene sus sábados solitarios, al lado de una vela de vainilla. Un porro, un te verde con hierbabuena. La ciudad me espera vacía, siempre fué así. Sin embargo esta noche tengo cita con la literatura, y ser feliz escribiendo. Si te cuesta escribir o te es dificil, no lo hagas... el mundo no merece malas novelas. Yo estoy escribiendo una, por ahora de forma contenida, hilada en sintésis entre la belleza y el desasosiego. Por ahora solo estoy estructurando capítulos, deshilachadamente. No se cómo se titula : 1989 , tal vez...y me gusta escribir estas líneas antes de sumergirme en la literatura. De una forma estructural, la novela en si narra otra época, un mundo que ya murio, y que hoy merece la pena ser recordado, porque dentro de aquellas historias, estan las claves de nuestra existencia, parto de la base qeu como dijo jung el yo solo es un punto perdido en la inmensidad del alma, por eso la novela es una narracion deshilachada. No es literatura de género, sino casi meramente autobiográfica sobre un lugar que no importa a nadie. Ni siquira existe este lugar en si como era hace muchos muchos años, ni menos aún pero cuando acabo la II república, este mismo barrio, eran viejas villas de veraneo, donde venían a pasar el estío gente adinerada y también de gentes de labranza por ejemplo mi familia. Es fácil adivinar una narracion, de los años 80`s. En la misma vía que venía de la estación del Norte y principe pio, pasaba el pendular que venía de Galicia, y en el - el estraperlo - de la posguerra. Recuerdo que mi madre me contó que algo debio salir mal, pero ella siendo niña con su hermana encontrarón unos sacos de café y otras cosas caídas al lado de las vías, entonces algo costoso, la recogieron y se las llevaron a mi abuelo como pudieron, que con aquel dinero pudieron pasar un largo y duro invierno. No quiero que la novela sea una acumulacion de imágenes sobre el mismo paisaje, sin embargo multitud de personajes diferentes van a participar en esta novela, historias deshilachadas y perdidas en mitad de una narracion de lo que supuso la infancia y lo que es la historia de España. Desde la posguerra, a los años 80`s, y el futuro, este 2022, todo autobiofráfico, el mismo paisaje a veces cambiante, Sin embargo recuerdo que donde mi madre encontró los sacos de café, era dónde yo muchos años después jugaba a poner monedas en las vías. Esa clase de conexiones literarias son las que me interesan, para escribir una larga metáfora sobre el paso del teimpo y las generaciones y la historia de España, al fondo como paisaje.







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