La gente está exhausta, infeliz y frustrada, la gente es amarga y vengativa, la gente está engañada y temerosa, la gente es iracunda y mediocre y yo manejo entre ellos en la autopista y ellos proyectan lo que les han dejado de sí mismos en su manera de manejar. Algunos más odiosos, algunos más disimulados que otros. A algunos no les gusta que los pasen, e intenten evitar que otros lo hagan. Algunos intentan bloquear los cambios de carril. Algunos odian los autos más nuevos, más caros. Otros en esos autos odian los autos más viejos. La autopista es un circo de emociones chiquitas y baratas, es la humanidad en movimiento, la mayoría viniendo de un lugar que odia y yendo a otro lugar que odia todavía más. Las autopistas nos enseñan en qué nos hemos convertido y muchos de los choques y muertes son la colisión entre seres incompletos, entre vidas penosas y dementes. Cuando manejo por las autopistas veo el alma de mi ciudad y es fea, fea, fea: los vivos han estrangulado su corazón. Manejando a través del infierno , Charles Bukowski
jueves, 13 de octubre de 2022
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