Viejos raperos, jóvenes escritores.

A estas horas, y deshoras, me siento en el jardín a aprovechar la noche y el rumor de la monotonía con la que suceden los días, sin desengaño final ni desilusión. Ser escritor, al menos como nosotros, lo comprendemos, es una cita diaría con la creación y las musas. A estas deshoras, me acabo de despertar después de una pesada siesta, ayer estuve trabajando hasta altas horas de la madrugada, sin olvidar mi quehacer literario y la novela inconclusa e inacabada - 1989 - que supondrá mi primera novela, para abrir - bocado - . Una novela con fuertes tintes autobiográficos que sirve como epílogo o punto final a tantos malos años de silencio literario, ya sea por - malos, malvados, malas o buenas - razones. Si como rapero soy un viejo músico, como escritor, soy un joven escritor al llegar a la madurez y sin descanso. Perdido en una era de alcohol y drogas, apenas me quedaba tiempo para lo que más aprecio: la cultura y la literatura, en este - quehacer - vital. Un proyecto vital alrededor de mi talento literario, que no van a poder - robarnos - los filibusteros de la cultura y la edición en España. Uno de los países con mayor tradición editorial y a la vez con ninguna oportunidad para nadie. Sin embargo la literatura es un trabajo serio, a pesar de los tejemanejes de las editoriales que convocan premios que se suelen llevar sus propios autores en un mercado cada vez más esteril. Apenas se publican novelas que merezcan la pena ser leídas de la catarata de novedades que cada temporada las editoriales, nos venden en este lodazal en el que se ha convertido este país en general y en particular la vida de aquellos que fuimos - extrañamente - selañados cuando fuimos - lolitos - para no solo no darnos ninguna oportundiad , sino robarnos las pocas oportunidades que ya de por si teníamos. Son casí las 11 y yo tomo un café para desperezarme mientras el mundo otra vez nos enseña, lo irrelevantes que somos. Uno de mis versos preferidos que he escrito esta época extraña dice así:"El universo solo busca perpetuarse" lo cual demuestra la irrelevancia de casi todas nuestras acciones y deseos. Dónde el azar , la pura suerte se confunde con el destino, como los gritos de los niños se confunden en las playas con el lejano griterío de las gaviotas.