En la petit - coucine - de Orwell parece que no ha pasado el tiempo. Parece todavía 2022. Pero falta estas navidades Messie Antoine. Su alargada y triste figura mesándose la barba pensando en una España que ya no existe. Yo no lo notaba me decía que se iba a buscar un pueblo barato por la costa y vivir allí el final de sus días. No lo comprendía, no hay pueblos baratos en la costa. Aquella España ya no existe y él termino muriendo antes de jubilarse. La últimas navidades bailábamos y reíamos entre pequeñas y celebradas - fiestas - pero no llegó a Julio. Siempre se cabreaba conmigo por la tardanza en escribir mi novela, me dió permiso para utilizar su nombre, siempre que añadiera ¡ Viva Venezuela libre ! al final. Sin embargo ha pasado un año y apenas he escrito algunos capítulos como este 3 acto, 3 capítulo antes del epílogo final. La navidad está encima, 10 días para la noche buena, una semana para que comienza el Invierno dice estrella errante mientras yo escribo estas líneas Se siente la tranquilidad en la petit coucine de Orwell y yo intento ordenar mis ideas acerca de la novela. Messie Antoine reaparece como fantasma pero en la novela todavía no he contado que ha muerto. Siguen sucediendo cosas interesantes mientras se escucha la música de radio 3 y Orwell me ofrece un porro. Entonces como estas cosas que son celebradas por el pueblo, como una gran novela. Este disco de Queen se lo compré a Orwell el año pasado, me recuerda a la juventud. Yo lo tenía - entonces - en un cd . Ahora vuelvo de casa de casa de Orwell, tomo distancia y empiezo a escribir la novela. Mis enemigos y gente que me envidia se deben estar volviéndose locos y echando espuma por la boca . Actuando de forma correcta también se puede llegar lejos si tienes - talento - . No hace falta chupar pollas entre la increduliad de los demás y su conciencia uraña y osca. Me insultan desde lejos los vecinos que poco más pueden hacer que insultar a los demás.